martes, 20 de enero de 2015

DESPERTARES Y OTROS POEMAS/Antología Mujeres y sus plumas

AMOR
DESPERTARES

Cuando los pájaros despiertan,
Es porque el sol
Se ha mudado a nuestra esquina
Y el amor anuncia una flor,
A pesar de que primavera está lejos.

Amor, ¿qué tono tienes para mí?
Si una caricia ahora de paso,
O tu mirada vencida en la mía
Que una tormenta provoca,
Siendo mi sentir de llama al viento.

He besado del mar su profundidad
Del calicanto del ayer su pesar.
He tocado de la estrella del mar
Y del caracol un sonido lejano
Anunciando que te vas…

Más ilumina mi estancia tu olor
Perfume que a mi corazón alcanza,
Para llevarte conmigo a pasear,
Lejos… a donde sean rojos los blancos lirios
Y sean trigo y cebada las bonanzas.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 12/15

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AMISTAD

Dulce amistad,
Bienvenida hermana a casa
Más no disfraces tu cortesía
Porque mucha pena me daría.

A ratos, como cortesana te paseas,
Tienes el descaro de cardo en verano
Y de ortiga en invierno.

¡Cuánto te doy!, ¡cuánto te debo!
Y en momentos de tristeza
A veces sin verme te alejas,
Y en esto me conmuevo.

Redondel de falda roja
Amistad que dolor provocas,
Si eres buena amiga te abusan
Si eres mala te glorían.

Del amargo de la vida he probado
¿Eres mi amiga?...déjame ver en tus pupilas
Porque si lloras por mis alegrías,
También lo harás por mis penas.

Y en el delirio de un verso
Como una madre, cualquier día,
Llevarás a mi tumba una  flor del campo
Que recordará de éste cariño santo,
Cuando la providencia nos miró
Y el destino con una lágrima nos juntó.


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 20/15

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VIDA


CUANDO EL SOL

A un beso del sol despertaron los pájaros, 
Mi corazón se volvió una campana 
Que se aceleraba ante el negro de tus ojos, 
Y en el bosque, mi bien amado, 
Una orquesta llenaba el mundo de fantasías
Pensé entonces: 
¿Qué importa si alguien enciende esa enorme lámpara 
si  tengo apagado el corazón?

Pero luego, me doy cuenta de la resurrección…
La hoja que ayer marchó, brota cálida y serena,
No le cuenta a nadie su dolor antiguo
Nadie se entera de esa desnudez pálida
Cuando el frío intenso abrasa su piel,
Pero el calor y la tibieza de una madre
Enciende como llamarada, su apagada sonrisa.

¿Qué hacemos?...
Tenemos que brindar por el instante
La vida es el sueño más corto de todos,
Somos la esponja del universo
Atraemos los rayos de la luna
Para vestirnos con el dorado del sol.

¡Pájaros raros!... ¡Pájaros divinos!
¿De qué lado estoy en el camino?
Mujer tan solo, soberana en el desierto
Vida, semilla seca que brotará flores,
Multiplicando en el bosque niñas de colores
Perfume al fin, ¡eso somos!...

Y la vida, divina majestad gritando:
¡Ábrete paso mujer!
Es tu nombre en la cumbre de una montaña
Es tu voz sobre la roca que besa el mar,
La que resucita en el aire los besos,
Como las olas su cantar añejo.

Recién despierto, es verdad
No adivinando que otros pájaros estaban sin plumas
¡Qué irónica es la vida!,
Pero hay que sonreír a pesar de todo
La lluvia besó todos los árboles,
La majestad del rey transformó lo mustio en sonrisa,
El arco iris mujeres, miremos entre todas lo divino
Se ha cruzado como un mástil en mi boca,
Se ha hecho curva, para colocar otra sonrisa
La esperanza, sí, la esperanza del mañana
Como un milagro ante nuestros ojos,
Para verte a ti tan solo
Cuando te tiñes de rojo
Y jugueteas,
Con la cabellera pálida de las montañas.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 12/15
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MUJERES
“Bienaventurada la poesía si calma la sed del hombre”
Mariette Mounier

Me ha convocado un pecho
Una herida reciente
Que como un comején camina,
Y se yergue en tu bosque perdido
Ahondando lagos profundos de tristeza.

Mujer, semilla que germinó
Don de amores donde se fabrica  la vida,
Revientan polluelos en un trío mágico
Abrigados en angostos caminos de oro y seda clara,
Y al atardecer al sentir que la nostalgia se aleja,
Vuelan garzas en grupo,
Corren manadas de bisontes
Y el berreo llama de nuevo a siembra de amores.

Y tú, cofre que fue donado con gracia y hermosura
Para que ahí se plante la semilla de la vida,
Sepultura será el bosque ahora y siempre,
Cuando al asomo de la tempranera lluvia
Un beso de sol alumbre y resucite un desierto.

No has cerrado los ojos…
Has abierto tan solo la puerta grande
Más allá de todos los soles,
Fábrica de  estrellas, de luces multicolores…
¡Ha de ser que llora de nuevo una madre!
Cuando riega con amor una orquídea
Antojándose un arco iris
En medio de tus montañas.

Y se acelera en la primavera un aroma
¡Madre mía!, tierra santa…
De tus laderas soy, de tus esquinas
En cada orillo de tus montañas
Cerca de la roca inmovible,
Debajo de una hoja pálida
Brota la vida.

Se parió una mujer…
¡Tan bonita!...
¿Qué será de ella?...

¡Será madre!
La más tierna mujer que brotó  la tierra;
Se volverá espiga en el llano
O mirla blanca cantando versos de plata,
En lo alto de una palmera.


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 20/15
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TEMA LIBRE

A TI

A ella, mariposa divina
Que llenó mi jardín de alegrías
Y ensombreció cualquier día
El lago de una flor blanca,
Al volar sin haber inventado el sol
Su primer poema dorado,
Cual cobija virtuosa y abrigadora
En éste tiempo de lenta agonía.

A las garcitas blancas y morenas
Que desde el amanecer inundan el valle
De blancas flores cual eterna primavera,
Se van y regresan sin saber a dónde anidan,
Acomodando el bosque a sus picos de oro
Donde se juntan soportando sus dolores,
En un solo pie, aferradas del gajo bondadoso
Que guarda sus heridas.

Al mar, varón por siempre
Que regala al marinero  un estero de sal
Donde se quedan las aguas de mis ojos
Al recordar ese amor que se fue
Para nunca regresar.

Al bosque, a la montaña, al árbol
Que adivina tristes tardes
Entre el lodo de la indiferencia,
Con buitres de hierro que devoran con saña
Siendo  infieles a la tarea del amor
Y el respeto debido a la creación.

 Al manto celeste y blanco que se mueve
Arriba con gracia y hermosura,
A la luna y las estrellas.
Planeta divino por donde desees verlo
¿Otro sitio mejor hallaremos?
Ni volviendo a nacer lo encontrarás
Por ti se dobla mi  frente y mis rodillas
Para engrandecerme un tanto.

Por tal motivo, al amor que le debemos
Canto una oración, cual paloma en pastizal,
Esperando la bondad del amor entregado
De la mies como semilla que se esparce,
Y del aroma de una flor  que bendice el valle
A la vez con el don de la vida.

Amigos, a Él… mi invisible amor
Por quien todo lo apuesto ahora y siempre
Por los siglos de los siglos,
Soñando  que habrá otro tiempo
Mejor que ayer.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 20/15
(R) 10-488-101





 PARTICIPACIÓN EN ANTOLOGÍA : MUJERES Y SUS PLUMAS II



ENTRE DOS

ENTRE DOS…

Rafael

Llegó muy suave y ondeó  tu pelo,
Por tus mejillas revolotean alegres mariposas,
Eran mis besos de dulce manzanilla,
El relámpago de tus ojos de miel, en sus desvelos.

Yo

Y tú, paciente como buey cebado
Amante mío, miel  tan solo para sonreír
El árbol más buscado en el camino
En éste bosque donde eres mi rey.

R
Subió por tus caderas, suave y fino,
Trepando atrevido y seductor
Enredado a tu cintura,
Rodeando con pasión a tu figura,
Llenando de azahares a ese cuerpo tan divino.

Yo
Adiviné entonces que al ser enredadera
De tu tronco fuerte me haría dueña,
Y entre más arriba, menos te alcanzaría
Más la brisa sedujo el aura de aromas
Y en  el bosque nació una primavera.

R
Vino del caribe, bravo y pendenciero,
Levantando con furia sus enaguas y  vestido,
Era atrevido, descarado, fuerte y decidido,
Y la atrajo con gracia y con salero.

Yo
De morena raza enamoró a un turpial
Que entre cantos de sol mañanero,
Dejó que se vistiera de oro el campo
Para abandonarse a sus ramas lisonjero.

R
Se convirtió en huracán muy exaltado,
Sacando sus vestiduras con sus mil manos,
Entrando en sus íntimos arcanos,
Exponiendo el pudor de su cuerpo destrozado...

Yo
Dame lirio del valle otro  beso
Árbol frondoso que a tus ramas me acojo,
Fruto jugoso que a mi boca vuelve néctar
Amor, amor de tierra, con raíces fuertes
Atrapando caderas de montaña
Y pechos donde brotan manantiales.

R

Lindo  beso de brisa, caribeña atrevida,
Requiebro espontáneo de un español galante,
Tiernas caricias de un poeta caminante,
Lindos sueños vividos que llenaron tu vida,
¡Espero que con esto tengas bastante.....!

Yo
Que no se canse tu tronco de mis caricias
Que no se agoten tus ramas de mis flores
Que no me dejes, amor de mis amores
Cuando cada una de mis niñas  desvanezcan
Y quede tan solo un hilo de recuerdo
Abrazado a este mágico sueño sin pudores.

Y que nunca muera el amor
Seguirá un árbol estacionado en mi  ladera
Mis semillas cubrirán pequeños troncos,
Un caudaloso río cantará quimeras
Y los dos reiremos como niños
Cuando al fin seamos brisa y aroma en el viento.

Rafael Chacón Martel
España

Raquel Rueda Bohórquez
Colombia 
20-01-15