OCTUBRE 21-1990
Buenos días Jesús, ¿cómo has pasado
el día? me acosté pensando en ti, quise cantarte una melodía, para decirte lo
mucho que te amo, fui un poco torpe, pero era la expresión de mi ser, en los
sobresaltos de la noche me sentí feliz, sentía tu presencia junto a mí, y mi
corazón ardía de amor, te ofrecí mi amor, mi tristeza, mis angustias, mis
inquietudes, mi esposo, mis hijos, mis familiares, y amigos, vivos y difuntos,
te hice una súplica por Colombia, por la iglesia y sus ministros, por los que
sufren persecuciones y violencia, por los que hacen llegar a nuestro hogar la corriente, la electricidad, el agua el gas,
y cuanto comemos y vestimos, ¿te acuerdas?, te he dicho muchas veces que te
amo, y que quiero la paz de los enfermos del alma y del cuerpo, pasa que no hago
sino pedirte, soy tan torpe, que no comprendo que tú me das más de lo que puedo
merecer, perdona amigo, padre mío, mi ingratitud.
Vigilaste mi sueño, me das sueños
tranquilos, aire para mis pulmones, brisa, frio calor, alientas mis huesos, mi oído,
y vigilas mi casa mientras duermo. Cuanto soy y cuanto poseo, es tuyo, y yo...
digo que es mío, de nuevo te pido me perdones,
como puedo quejarme si tienes que hacerme sentir un poco de dolor, grande fue
tu dolor, y eres el resplandor y la gloria. Te agradezco todo el cuidado que
has tenido de nosotros, desde el mismo instante en que fuimos engendrados, el
habernos dado padres cristianos, habernos redimido con tu preciosa sangre y has
cuidado nuestras vidas hasta hoy.
Hoy 25 de octubre continuo
escribiéndote, me he sentido tan a gusto, como sabes, German y Sonia salieron
de paseo, y yo, que dicha, más que nunca he sentido tu presencia, gracias te
doy mi DIOS por comprenderme, y por todo cuanto haces en favor de mis hijos,
esposo y amigos, como siempre estamos juntos, solo te pido que hagas llevadera
mi cruz,
Te ama mucho
Tu sierva
Socorro