QUE
NO ME PESE [8]
Que
no me pese siquiera la sombra de tu desamor, que no me entristezca saber que
hiciste mucho ruido, pero en medio de la tormenta se despejó lo que eras, y la
falsedad que guardabas. Sin embargo, no me pesa haberte querido, ni me duele el
tiempo que a tu lado estuve, aprendí a reconocer el perfume de las flores, y a
distinguir en la brisa sus aromas...
Todo
pasó para que aprendiéramos que somos como la espuma, frágiles globos que ante
leve brisa desaparecen, más creí siempre que seríamos una mano aferrada de
otra, siempre somos creídas de la vida, ¡en tan difícil conocer el corazón del
otro!
Pero
que no sienta nada, igual, a veces llegan nubarrones pero no son tan malos,
ellos nos anuncian tormenta de paso, para luego despejar el cielo, y un rocío
intenso besar el mundo y mostrarnos un paisaje, con un iris fresco y renovado.
No
hay afán por mañana, mi hoy es un seguro de vida, pero al siguiente paso, ¿qué
sucederá?, por eso no volver a confiar sería bajar la bandera, prefiero creer
en todo, y esperar a que broten otras flores en primavera.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
junio 24/15
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