miércoles, 29 de abril de 2015

DOÑA VAGINA [5]

Miércoles, 29 de abril de 2015

DOÑA VAGINA [5]

Hace muchos años, por un paraje solitario, veían a Doña Vagina de camino en camino, de sendero en sendero, buscando lo que no se le había perdido y exponiendo a peligro el cuero.

¡Niña Vagina!, ¡mire mija, que hay que ajustar el pie y aguantar las ganas!,  decía una vez y otra su madre herida y acongojada, pero  niña Vagina no hizo caso, envainó su boca en una serpiente que su andar de gitanilla incitaba, y con  hartas ganas, a su madre provocaba.

Se creció, todo se abultó y parecía una vereda rocosa, un pastizal pisoteado, pero de nada sirvieron los años, sino que después, cuando ya pintaba de blanco un triángulo, se antojó de otra bermuda, y doña Vagina no pudo aguantar sus ganas de joder y joder, correr y correr.

Anciana, Doña Vagina dice: ¡Ajá y eto como e qué?, no porque esté vieja, dejaré de jodé!, y por ahí encontraron a la doña “moliendo café” y siendo amiga hasta de la paila donde se lo tostaba.

Doña Vagina se dejó acomodar chinos de uno y de otro, se hizo amiga del pastor y del panadero, del lechero y del cartero, y dice con aire bullanguero: ¡y le doy,  hasta que me aguante el cuero!, y que mi hermano el marrano siga mandando dinero.

Con ésta historia, la madre de Vagina sonrió un poco, y para sus adentros  repitió: es verdad el adagio del viejo Escroto, que entre más pica la cabra al monte, más se escucha el alboroto.

¿Y de la doña y su amigo?,
-¡no ha quedado ni el bozo!
/Respondió la madre de Vagina.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 29/15

Publicado por Raquel Rueda Bohórquez en 10:05


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