domingo, 26 de octubre de 2014

TE AMO

DE ROJO

DE ROJO

Ese día estaba de rojo,
¡me gustaba!, combinaba con lo blanco.
El pálido resaltaba entre los juncos

y unas rosas se volvían amor entre sus manos.


De rojo eran los zapatos pequeños
¿Qué sería de mí?
Corrí hacia los brazos de mi madre,
tenía miedo convulsivo a las noches
y sólo cerca de su falda el sosiego.

Rojo fue el instante del duelo
el momento de los púrpuras en el bosque.
Volaron todos, llenos de contento
hacia un mundo donde todo era cielo.

¿Qué es el hoy?
Parece un ayer repetido,
se multiplican las gotas de rocío
el amor huye cuando la blanca hiel se aproxima.
¡Qué flacos los veo!, 
¿será que son piel o hueso?

¡Santo Dios!
Ayer reconocí a todas las amapolas en el bosque,
su divinidad no era maldad,
pero las heridas que les causaron
rompieron en pedazos el cristal.

¿Quién los unirá ahora?
Vagan las niñas de rojo, son pálidas sombras.
¡No lloren!, ¿quién te dijo que te envenenaras?
No tengo aires de gitana pero también lloro
al ver como se desgranan mis flores
y sus pétalos se pierden en ríos oscuros.

No hay sabia roja en las venas,
el mundo es un blanco pañuelo.
¡Pobres de mis zapatitos rojos!
¿Qué hubiera sido de mí?
Era tan niña,¡los deseaba tanto!
¡Pero corrí!, olía ese peligro
me alejé como una cometa elevada por un niño
para abrigarme de brazos tibios
y escuchar campanarios tristes, ¡muy tristes!

Hoy es un mañana...
¡Pero que no doblen las campanas!
¡Son tan tiernos!, parecen florecillas blancas,
rosas muertas en el rosal de la vida.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, octubre 26/14

EN EL MAR

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EN EL MAR

Pensaba que podría ir alto
Su meta la estrelló contra las rocas
Todo era brillo alrededor,
Como si el mar fuese una estrella
Secó sus alas en la melancolía
Para levantar vuelo un poco torpe
-Demasiado tarde diría-
¿Es lejano el momento del adiós?
Nunca es tarde, porque al marchar
Otros esperarán el retorno de la lluvia
Y la barca será como un cisne de cristal
Nadando por azules aguas
Divino contemplar, y entré en razón. 

En el mar busqué tu sombra
Tocaste mis alas en días grises
Viniste como un torpedo a explotar en mi corazón
Más todo fueron sueños de un instante,
Quise tu amor con la esperanza de un niño
El día se volvió oscuro, no divisé la luz del sol
A pesar del canto de la cigarra
Explotando de amor para que otros fueran.

Me volví silencio en un día cualquiera
Sin escuchar los trinos afuera
El árbol estaba lleno de gajos frescos
De aromadas princesas vestidas de blanco
Recién puesto el perfume ,
Como si a un amor esperara de nuevo
Y el mirlo cantó como nunca lo había hecho.

Se hizo de día, abrí los ojos
¿Cuál es la razón de la tristeza?
Busqué a felicidad en un bosque de cemento
Pero ella estaba en el mar
Y ahí me fui a volar con las niñas coquetas
A escuchar su voz con las alas bien abiertas
Hasta que mi barca apareció.

Era real, ¡lo sabía!
Mi barca era un cristal pálido 
Como cántaros de lluvia entre un pastizal
Y al volver la mirada, un mundo verde se anunciaba
Gallina con sus pollitos buscando un contento
Gaviota de blanco, como un copo de nieve
Mimetizada al fin con el paisaje
Sonreí, luego canté, y después
Me abracé con toda mi esperanza
A éste nuevo día... 
El ayer, ¿existió ayer?

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 26/14