domingo, 19 de octubre de 2014

DESPERTÉ

Mi árbol muda hojas
Vaivén de amores y quejas
Que al iniciar del alba
Se vuelven cantares.

Y desperté
Amandote más que ayer,
Bordé en un topacio un nido
Pétalos de blancas flores
Colcha de mil amores.

En un abrir de tus ojos
Como niña enamorada
Me prendí de tu amor
Como potranca desbocada.

Hubo un regalo: tu conquista
Cada día un beso,
Cada instante un aleteo de tus alas
Para que al fin hacia ti volara.

Hoy mis flores al viento
Aromas entre los cardos
Y el espinar de la vida un poco
Para seguir confiando.

Abrí el portal de unas hojas
Para que hasta mi corazón llegaras
Un instante para un pensamiento
Para al segundo apresarte
Entre mis llamas.

Y aquí estás...
Ven amor mío
No hay dolor cuando te veo
Pasa el temblor y el miedo
Regresa a mi pequeño árbol
Un mágico alivio.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 18/14

¿DE QUÉ MANERA?

¿DE QUÉ MANERA?
Temblamos como las hojas, cuando la brisa pasa
Temblamos cuando nos volvemos doradas
Temblamos cuando el ocre nos enreda.
No hay desesperación...
Bailamos al nacer
Y lo hacemos para morir.
¿De qué manera te digo que te amo?
Las flores del campo susurran versos
Las rocas parecen mudas gitanas
Pero conocen de todos su destino.
No hay impaciencia...
Sigo caminando hasta el precipicio
Pueda ser que ahí, tropiece contigo
Y volemos al fin hacia el encuentro
El único sendero que nos hallará felices.
¿De qué manera te digo que te amo?

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 18/14

RAYOS DE LUZ

RAYOS DE LUZ
Un rayo de luz nos anunciará el día, no importa si estamos corriendo, si estamos bailando, si estamos haciendo el bien o el mal, pero es seguro que es ahora, cuando lo vemos en otros espacios, que debemos las rodillas doblar.
Pasaba por ahí, viendo a mi amor, me contentaba con llevarle una flor, la prestaba de cualquier jardín, pero ahora, ¿en dónde se hallará?, debe estar fabricando un nido de seda entre gajos de estrellas, ha de ser que pasa un momento por mi árbol como avecilla de paso, ¿o será la golondrina que surcó el cielo azul ayer en la tarde?
Debe ser, ¿quién diría que una gota de lluvia tendría el color de sus ojos?, ahí estaban sobre una hoja de mi árbol, tan verdes que su alma estalló dentro de la mía, y al cerrar los ojos, volamos las dos abrazadas...
Caminé otro tanto, se ha quemado de nuevo mi guiso, será un rico ahumado, pues en ella pensaba, no hay tropiezo, el corazón ordena y el alma vuela, hacia espacios donde el amor es un sonido de campanas...
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 18/14

¡¡ES UNA VACA!!

¡ES UNA VACA!
Muchos dicen que los animales no lloran, cierta vez vi una res muy grande en un camión, los veterinarios trataban de sacar al ternero, lo acomodaban, aplicaban cosas, vuelva y juegue por mucho rato, estuve ahí viéndola y por entre las hendijas de madera acariciaba su rostro... ¡poechita!, pediré a Dios para que no sufras más... le dije suavemente casi que susurrándole al oído.
Hubo sorpresa cuando sus ojos se pegaron de los míos... no es una historia, bajaban gotas de rocío por los suyos que terminaron empapando mi rostro...
La vaca lanzó un mugido doloroso y suavemente cerré sus ojos...
Raquel
18.10.14

LO VI

LO VI
Vi a mi potro salvaje
Era su sombra la mía
El árbol azul, melancolía
Se ladeaba al paso de la tormenta
Que su loco amor causó.
Tenía ojos negros,
Y en la penumbra
Un poco de su luz
Mi oscuro sendero iluminó.
Vi a mi alazán corretear
¡Aquí estoy!
Quise gritar pero continuó
Su paso trotón escucho
Cual caballo Colombiano
Subiendo por las empinadas faldas.
Su cabellera ondulaba el viento
Soberbio relinchó arriba de la cuesta
Y esperó con la paciencia de las rocas
Hasta que alcanzándolo
Me paré frente a él y le dije:
¡¡Brrrrrrrr!!, ¿a quién esperas amor?
Y sólo respondió: A que salga el sol.
Pero mi sol ya había salido
Al mirarme en el lago de sus ojos
Mi sombra fue una con él.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 19/14

MI MADRE

MI MADRE
Mi madre se veía tan débil, pero cuando llegábamos a la finca, algo sucedía... es extraño recordar esos momentos, una energía especial irradiaba y cuando caminaba, había luz a su alrededor...
Mi viejita era como una paloma torcaz, cantaba y cantaba, pero en sus ojos había aquélla vieja melancolía, lo recordó siempre, a su amor, mi padre, decía que de joven era un guapo que muchas mujeres perseguían, y que él se dejaba... pero siempre se amaron, se anunciaban las mañanas con besos mordelones a escondidas, y los atardeceres con una cama vieja que crujía como sonar de troncos que se vencen ante el amor y la esperanza de un día mejor cada vez.
Ella llenó mi vida de encanto, muchas veces le llevé mis quejas y pesares sin importar a ratos que ella estaba muy cansada, pero aún así me tomaba de la mano, al callar las dos nos mirábamos a los ojos, tan parecidos que me volví ella por instantes, y fuimos una en esos abrazos cálidos de almohada tibia y temblorosa, en momentos irrepetibles de la vida.
Mi flor del campo perfumada, ¡cuántos hijos abrigaste en tu corazón!, un amor donde también fue lastimada injustamente por otros, pero ella sólo conocía una palabra que me inculcó: Perdón... siempre perdón aunque te lastimen, a pesar de que te arrastren, sin importar lo que te hagan, perdona...
Ahora... no sé qué decir, sólo que las madres son un poco de Dios en nuestras vidas, Él se disolvió en el universo y decidió repartirse para todos, cuando nos donó una buena mujer como madre...
Sí... ella es ave, beso de brisa, aroma confundido entre los zarzales, sol... mucho sol...
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 19/14

A UNA HOJA SECA

A UNA HOJA SECA
¡Hola!, a ti hoja seca
Divino encanto moreno
Muchachita de miles de siglos
Que llenas el paisaje de versos...
¿Qué haces ahora?
¿Caer tan solo para besar el suelo?
¿Danzar un poco en ese viaje?
¿Caminar al son del viento?
La hoja no hablaba
Pero un susurro de amor la elevaba...
Al instante todo se apagó,
Cayendo sin prisas sobre la pradera
Y poco a poco, entre lágrimas y aromas
Se volvió trozos de tela
Cenizas pasajeras...
Ocre tierra con piel de chocolate.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 19/14

¡¡LLOVIÓ!!

¡¡LLOVIÓ!!
Sí, estaba coquetón el viento
Me enamoró ante la lluvia
Cerré los ojos un instante
Y en el momento de la muerte
Sobre mi boca estabas.
¡Susúrrame aire fresco!
¡Alíviame tarde divina!
Que al abrir los ojos
Pueda volar como águila
Y reír como la lluvia al caer.
Un lago pasó veloz
Me lo perdí hoy,
Pero al rato diamantes vivos
Nadaban por las hojas
Como lágrimas de Dios
Manifestadas en los árboles.
Un grito ahora
Como rugidos de rocas enormes
Me sorprende escribiendo;
Se agita el corazón ante la tormenta
Y sigue lloviendo...
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 19/14

CONDÉNAME/A Charles Baudelaire

CONDÉNAME/A Charles Baudelaire

19 de octubre de 2014 a la(s) 19:54

Me ahogaré en tus flores
Como tú en tus cortesanas
Amante mío, dulce amor de verano
Secando mis lágrimas en tu lomo fino
Cual buitre al acecho que tu carne anhela.

¡Me ahogo!, me beso en tus labios
Me miro en tus ojos,
Me pierdo en la empinada montaña
Que ocultas en tus lomas llenas de pasto negro
Y grito, cuando al fin he tocado el infierno
Donde danzamos entre llamas alocadas
Quedando de blanco los ojos,
Enrojecida la piel en tus requiebros.

Quiero me gobiernes,
Como una rosa tocada por mil colibríes
Eres tú la copa donde a beber me antojo,
Embelesada en tus laderas y caminos
Conduciendo éste mundo loco hacia tu averno,
Con gritos desaforados, atrapando un poco el cielo.

¡Ya está!, lo hemos logrado juntos,
El instante fue una nube pasajera
Pero valió la pena éste castigo entre tus piernas,
Soportar una efímera sensación de aprecio,
Hundida en ti, penetrada por tu mástil
Desaforada cortesana equivocada
Mi amante poeta, ¡valió la pena!

Éste infierno de vivir, me acercó a la condena de tu boca
Y como en la carne muerta el hedor queda,
Sin más arrogancia senténciame a tu infierno,
¡Qué es mejor que sufrir la pena de no ser amada!

Raquel Rueda Bohórquez 

Barranquilla, Colombia,  octubre 19/14

SOMBRA AZUL


SOMBRA AZUL
Hay una sombra azul que nos sigue, 

el caballo no equivoca su camino, 
va despacio, y al sentir el precipicio frena.

¿Hacia dónde vas tan aprisa?

No corras, ¡espera!...
¿Qué te afana hoy?

Conoce la sombra azul tu pensamiento

Y antes de tu dolor te abraza
Se mezcla como el café con el agua
Y el trigo con el paisaje.

Tienes un algo que no se qué es...

Sensación de pérdida tal vez,
La que todos descubrimos 
En el espejo de la desesperación
Y sólo podemos aliviar con la oración.

¿Te preocupa el paso siguiente?

Nada perturbe tu andar
La sombra azul contigo estará
Aunque feliz o melancólico
Azul será el infinito, el mar
Y la sombra de Él junto a ti.

Raquel Rueda Bohórquez 

Barranquilla, octubre 19/14