sábado, 26 de julio de 2014

FLORES


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FLORES

Para el bosque una flor
para tus ojos un hada,
para la obra del pintor
una gota de lluvia clara.

¿Qué soy para ti?
Buscándote voy,
apreso un roble
construyo un nido,
y vivo en una solitaria rama.

Amándote al fin
engalanada de púrpuras,
siendo el corazón de la flor 

que vive en las alturas,
callo bajo un árbol
con el beso de la luna.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 25/14 

NO IMPORTA

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NO IMPORTA

Ha sido un día espinoso 
no importa...

Mañana regresará 
y en medio del océano
luces de navidad.

¿Has llorado?
Mi niña bonita
el mundo es ésto,
risas ahora
al segundo lágrimas,
al instante un abrazo
para secarles.

Pero continúa
sé que reirás al rato,
no espinó el cardo
regaló blancas flores
perfumadas como nardos.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 25/14

CANTA

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CANTA

Canto en tu ventana,
no llores si me voy temprano.
al agitarse las ramas
caen pétalos morados,
y cuando llueve,
besos van y vienen,
claros como un lago.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 25/14

DE AZUL


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DE AZUL

Es seguro, él te vistió de azul
como en el cielo una estrella
que se queda temblando en los ojos,
y el navegante perdido 
se arropa de sábanas de mar
y cobijas de bruma
cuando la encuentra.

Se adornó de tules
abrió el cielo en dos
y pasaste...

Eres el brillo lejano
y eres el beso cercano
cuando al mirar el ponto
de índigos tempranos
pareciera adornarse un niño,
que se agranda en un pecho
y se duerme en un llano.


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 25/14

EN TU VENTANA


Déjame un rinconcito de tu ventana
para que mis noches no sean tan largas
y pueda entibiarme de luna clara
con la ruana que dejó mi madre.

En tu estancia de verde traje
cuando ya cierras tus esperanzas,
ahí me cobijo de vez en cuando
olvidada de la existencia.

Como paloma bajo tu alar
mi dulce niño tal vez se encuentre,
y con mi llanto me verás pasar,
porque es muy triste saberse ausente.

Como una novia busco tus ojos
como una garza un escarabajo,
como una niña tu pecho ardiente,
como una madre tus manos blancas.

Y en las mañanas cuando te veo
sobre las ramas verdes y cálidas,
casi me antojo de tus suspiros
levanto vuelo y desaparezco,
como un vencejo de brillantes alas.

En una nube con otros viajo
para buscar dulce consuelo,
entre los rayos de sol ardiente
y el viaje raudo de otros luceros.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 8/13

EN TI



EN TI 

Pensando que la vida es muy corta 
para seguir odiando,
¿cuando nos damos un paseo los dos?
escucha, cerca de una cascada,
las aves de testigo, las hojas secas
una serpiente bajo una roca,
tú, yo...

Veremos a los tejedores
las orugas comiendo voraces
los peces jugando a las escondidas,
yo, acariciando tus ojos con un verso
y tu piel con mis manos.

¿Te gustaría?
Una libreta en blanco
con la única sábana celeste sobre nosotros
¿escuchas al gorrión?,
el chillido agudo es de un colibrí
el responso es de un cucarachero,
la oración es de la cascada
incansable, repetida,
bajando por la cuesta
besándonos con perlas claras
y yo, amándote tan solo
con el rostro encendido
y los ojos brillantes.

Invita el brillo mágico
como una cabellera de colores,
las hojas secas a nuestro paso;
una araña veloz atrapa una mosca
y entre sus redes se queda
con un ahogado grito,
como la vida misma
cuando bulle en un segundo
y se apaga en un instante.

¿Irías conmigo?
¡Si lo pidieras tan solo!
o seguimos así,
viendo a la luna cada noche
y aullando como lobos hambrientos,
sedientos de amor ante imposibles
sin reventar la cadena que nos ciega
pero como una dulce condena
nos mantiene despiertos.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 26/14