jueves, 17 de julio de 2014

DIJO NO...



En medio de todo llegó una luz,
estaba a punto de saltar el precipicio
pero advertida como siempre por mi ángel,
me dijo ¡No!...

¿Qué hice?, nada...
me dejé llevar como una oveja
querían esquilar mis greñitas
me querían robar los sueños
pero ellos están aquí,
en mi lago azul de fantasías.

La ilusión de un día no más, voy a ser escritora, ¡jajajaja!
las niñas viejas nos solemos contentar con caramelos de leche y miel
pero no son vanos los hilos blancos, y suele acontecer a veces
que nos peinamos la frente y despejamos la mirada,
nos damos cuenta que el engaño está a la vuelta de la esquina
pero que Dios es el ángel de nuestros sueños,
de carne de monte y piel de montaña
que nos guía en cada ilusión y en  cada paso.

¿Quién llorará?
¡Aquí nadie llora!
Pero no creeré más,
el mundo virtual es raro
caen moscas en leche virtual
y espinas en corazones virtuales
que se antojan en melodías disfrazadas de pasión
pero en en fondo, ni leche, ni harina decantada
ni sol amarillo despejando el cielo
bordando esperanzas en un lago.

¿Escuchaste la melodía?
Sueños, sólo sueños al abrir los ojos
y sueños al cerrarlos,
pero el amor palpita en el segundo
sin entrever perlitas de sal que inundan el lago
para repetirme en la historia de otra flor
nadando contra la corriente,
y perseguida en el viento por otro aroma,
abrazada por otro fuego
que se extingue en el atardecer
para iluminar luego otra vez,
como una esperanza colgada de un negro lago
arriba del cielo,
cuando contemplo a la luna
y repito: te quiero.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 17/14