VOLANDO 2
Es complicado volar tan alto,
¿Cómo me enteraré si tu corazón siente algo por mí?,
vuelo, y mi espíritu libre se antoja de tu corazón
y del agua bendita de tu boca.
¿Puedo entrar por un pequeño sendero
al sitio recóndito donde están los sentimientos?
Una melodía de flautas presiento
y veo a la luna, como una coqueta y triste señora
tan parecida a mí, vive en soledad
colgada del cielo, por invisible hilo
que me dice que en cualquier instante
cambiará de rumbo, y se estrellará de frente con el sol.
¡Ay! si alguien conociera de éste rincón
si de las gotas de lluvia que se decantan en mi falda,
quedando la sal oculta en un océano invisible
que me aleja cada día de ti.
No puedo soñar ya, me siento tonta,
¿qué puede perseguir una pluma sin rostro ni cuerpo
que se deja llevar por el impulso del mal tiempo?
¿adónde llegarás pluma blanca?
irás de aquí para allá, con tímidos pensamientos
en letras de recóndita melancolía
apresadas contigo en un espejo que te condena
a estar lejos de todo ruido,
pero un poco más cerca de Dios.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 16/14
¿Cómo me enteraré si tu corazón siente algo por mí?,
vuelo, y mi espíritu libre se antoja de tu corazón
y del agua bendita de tu boca.
¿Puedo entrar por un pequeño sendero
al sitio recóndito donde están los sentimientos?
Una melodía de flautas presiento
y veo a la luna, como una coqueta y triste señora
tan parecida a mí, vive en soledad
colgada del cielo, por invisible hilo
que me dice que en cualquier instante
cambiará de rumbo, y se estrellará de frente con el sol.
¡Ay! si alguien conociera de éste rincón
si de las gotas de lluvia que se decantan en mi falda,
quedando la sal oculta en un océano invisible
que me aleja cada día de ti.
No puedo soñar ya, me siento tonta,
¿qué puede perseguir una pluma sin rostro ni cuerpo
que se deja llevar por el impulso del mal tiempo?
¿adónde llegarás pluma blanca?
irás de aquí para allá, con tímidos pensamientos
en letras de recóndita melancolía
apresadas contigo en un espejo que te condena
a estar lejos de todo ruido,
pero un poco más cerca de Dios.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 16/14