viernes, 25 de abril de 2014

LA CASCADA/Alirio,Azucena

LA CASCADA/Alirio, Azucena

24 de abril de 2014 a la(s) 7:50
Desperté temprano para verla
imponente y sabia  con su larga cola,
bailando  la brisa junto a la   doncella
con más gracia que una suave ola.

¡Escuchen!, traen un lindo son
¿Será que su alma es un diapasón?,
ríe entre las ramas un sinsonte
tomando de aquí o allá
pepitas del monte.

¿Rima el sol con la montaña?,
¿los frutos rojos con los amarillos?,
¿será que el poema con ella se amaña,
¿cómo de los bosques el trinar del mirlo?

Besa con pasión la cuesta en su danza
y un tambor imponente descansa,
más de nuevo, un arrullo pausado
alivia el  corazón, del hombre cansado.

Ya en la orilla de la  roca advierto
que el sol encandila sus ojos de niña,
y un arco iris dibuja el estero
cuando mágico concierto
convierte en oración el  huerto,
y en palacio la débil campiña.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 24/14



Cuando mis ojos la vieron, el corazón se llenó de contento  y los ojos de perlas.

Imagen: Cascadas.Canadá. Alirio Rueda B.
Cuando mis ojos la vieron, el corazón se llenó de contento, y los ojos de perlas. 
Imagen: Cascadas.Canadá. Alirio Rueda B.

SÚPLICA DE UNA MADRE

SÚPLICA DE UNA MADRE

25 de abril de 2014 a la(s) 7:36
Señor, te estoy llamando,
para pedirte la paz de los que amo.
de aquéllos que en mis manos tú pusiste,
y hoy te ofrezco, Señor, Dios  soberano.

No los dejes llenar de ambiciones,
pues sólo tu amistad y ternura,
tendrán valor el día terminado.

Que al sentarnos a la mesa,
recordemos que en otras  casas
los niños están tristes,
pues sin pan y sin padres
han quedado.

¡Yo no tengo la culpa! /dirán muchos,
y no podemos remediarlo.

Sólo te pido Señor,
reconocerte en aquel que sin paz vive a mi lado,
en la viuda, el huérfano, el hambriento,
el cojo, el paralítico, el lisiado.

Otra cosa quiero pedirte:
que no los abandones;
que el árbol que plantaste en mis entrañas
florezca en frutos de amor, paz y esperanza;

y al llegar el final de la jornada,
mi buen Dios, estemos en tus brazos,
para gritar, cantar, bailar de júbilo
por la buena administración
que te entregamos.

Amén.

Socorro Bohórquez Peñaloza
Barranquilla 2011


Ayer organizando mis cosas, botando mugre y papeles, encontré la oración que mi madre me pidió pasara, para entregar una copia a cada uno de sus hijos y nietos, su voz ahora está aquí, en el mundo actual, que nos une desde un más allá, que tenemos tallado en la frente y en los ojos.

SI PUDIERA

SI PUDIERA

25 de abril de 2014 a la(s) 8:09
Si pudiera devolver el tiempo
pero él  no tiene piedad,
simplemente pasa,
como  la vida, en silencio
sin percatarnos siquiera.

Ayer, como una oruga fabriqué mi cárcel
hoy pretendí ser libre
pero la libertad cerró mis alas,
no estaba  aquí,
sino más allá  del sol.

¿En dónde estás?,
y un ave cantó fuerte sobre mi árbol.
¿Te has ido al sitio del nunca más?,
más  no hubo respuesta.

Vi una golondrina azul
sé que son azules, tornasoladas
tienen un pico pequeño y fuerte
saben  luchar contra los vientos más adversos.

Pero ella cerró los ojos en mis manos
un nevado fue su rostro,
donde la cabellera de su montaña
formaba una cascada en el cielo
y voló a pesar de que sigue aquí.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 25/14

Fuerte como un roble, siendo cristalina y quebradiza, ante los ojos de los demás,  pudo caminar entre espinos y rocas, y sus quejas fueron oración, silencio y canto.
Mami con Julio César

Fuerte como un roble, 
siendo cristalina y quebradiza ante los ojos de los demás, 
pudo caminar entre espinos y rocas, 
y sus quejas fueron oración, silencio y canto.

LA REINA

LA REINA

Mi padre sabía de panales y de reinas, cada una tenía una misión dentro del panal, unas mantenían fresca a la madre, batían sus alas, para que la temperatura no se elevara más de lo normal.

Otras se encargaban de fabricar un exquisito alimento rico en proteínas, y todo lo que ella necesitara para estar fuerte y seguir poniendo sus perlas, muchas veces me mostró una celda con una crema blanca, y decía que ese era el alimento de la reina.

Le decía a mis hermanos que esa jalea real los mantendría siempre como toros fuertes.

Prestaba atención cuando él sacaba los panales, cubierto con su traje de gladiador fabricado por su reina, mi madre.

Decía: cuando hay otra reina, se retan a pelear o una de ellas abandona el panal para fundar su propia colmena.

Ella será la única que ponga huevos, será la consentida de todas sus hijas, y los zánganos son expulsados también, ella se apareará, con el mejor macho, dicen que con varios, pero ella será la única madre de todos, más el padre no lo será.

Hay nodrizas, limpiadoras, enfermeras, zánganos que no hacen nada, no producen ni esperma, pero hay otros que sí pueden cubrir a la reina, y son fértiles.

Hay quienes están como soldados a la puerta vigilantes, liberan un olor especial, cuando alguna de ellas es maltratada, y todas van en su ayuda, tratan de sanar a las enfermas, y a las que mueren las sacan de sus colmenas.

Muchas me picaron, pero él decía que eso era bueno para la salud, lo malo era que las abejas morían, pero detallaba esa pequeña jeringa, como una lágrima mínima que seguía inyectando veneno.

Sus abejas eran mansas en cierta época, después no quiso más, no recuerdo cuando fue que dejó de tener abejas, tal vez cuando salimos por primera vez de Zapatoca, las pocas cosas en un camión, y sus tesoros valiosos bajo una carpa sobre su volqueta, apiñados y angustiados por lo que vendría, pero ahora que recuerdo, sólo éramos felices, mientras mi reina y el dueño de la colmena, nos alentaban cada día con una oración y una sonrisa.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 25/14 

IMAGEN: Internet