sábado, 2 de noviembre de 2013

DIME NIÑA [133]

DIME NIÑA [133]

¿Dime niña por qué lloras?
¿No es acaso primavera?
Son radiantes tus ojos
y tal vez tu vida entera…

En cambio aquí,
ya todo se ha ido.
Se fueron mis amores,
se alejan de a poco mis críos,
y en éste incansable río
las rocas son las que suenan.

¿No es acaso invierno ahora?
No apresures su llegada
limpia tus ojos mi niña amada,
en tanto busco un rosario
para mitigar mis penas.

Mira que no son ajenas
las tuyas también duelen.
Busca un pétalo blanco
y dame un abrazo siquiera.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 2/13



ENTRETENIDA [134]

ENTRETENIDA [134]

Recuerdo tu primer beso,
entretenida estaba viendo tus ojos,
el sonido de lluvia sobre las amapolas caía,
y una corriente veloz, me hizo de ti prisionera.

Más el rubor me acobarda
encendidos los cachetes.
me dolió la boca,
y aquélla marcha presurosa
cuando más ilusionada.

Ahora no queda nada…
Un recuerdo lejano
que se esfumó con el viento,
y un extenso gemido
ahogado en un viejo aposento.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 2/13




EN MI BARCA [135]

EN MI BARCA [135]

En mi barca de sueños,
¡qué papel me regaló el destino!
y ante tal desatino,
me corto de a poco las venas
para ver la palidez,
que al rato me resucita.

¡Ay del amor y la ausencia!, ¡cuánto duelen!...
Desnudar el alma,
y contar a todos mis desvelos,
en ésta ansiedad cobarde
que mutila mi alegría,
voy y vengo cada día
sobre una barquita ajena.

¡Ven mi pirata a rescatarme!
Regresa sobre tu marcha, /antes que no me veas
y en un lago de púrpuras rosas
con los ojos bien abiertos,
me encontrarás,
rogando a Dios por un beso.

Cúbreme pronto… ahora…
¿Acaso morir nos duele?
Aquí todo calla, todo es silencio.
Ya no habrá por quien llorar,
ni a quien pedir compañía.

¡Cárgame pronto amor mío!,
sobre las nubes celestes
y deja que mi barca navegue,
junto a las olas rebeldes.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 2/13



CAFÉ [136]

CAFÉ [136]

El aroma inunda mi estancia
y a recordarte entre cetrinas montañas,
busco sortijas blancas entre tus flores.

Verdes esperanzas desgranas
y en la bermeja sangre presiento,
que tu pergamino será escrito,
más cerca de mi boca,
junto a mi alma.

Alégrate del calor
que tornó tu piel morena,
eres la luz de la aurora
si es fría la mañana
y nos agobian las penas.

Ante presencia tan grata
se alargan cortos momentos,
y las noches resucitan
para tomarte con ganas.

¡Oh negro! /divino placer
Hoy te veo florecer.
Pero mañana,
sobre labios cansados
terminará tu faena.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 2/13


A LAS ESTRELLAS [137]

A LAS ESTRELLAS [137]

Si en días tan lóbregos
desnuda en mi alcoba te recuerdo,
y a lo lejos, en la distancia intocable
se pierden las aves en su raudo vuelo.

Te diré, que pocas veces he pensado en ellas
sólo cuando no te veo.
Ahora, en el instante de la lluvia,
el calor inunda mis sábanas
y otra vez  miro al cielo.

Con la poca claridad que aún queda,
las diviso picando ojos navideños,
parecen  bordado de lágrimas
atrapadas en tu aura,
casi que violetas cual tu recuerdo.

Tras una mariposa azul
que ayer buscabas,
parpadean luces de otro adviento,
que temblando titilan,
y en mis mejillas se quedan.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 2/13



MORIR [138]

MORIR [138]

Nadie muere,
se transforma una flor en otra
idénticas parecen, colmadas de aromas,
y al caer de un cofre de madera
brotan sobre la cima pastos verdes
con otros pimpollos en inventada primavera.

No se va quien vive…
Estás aquí en éste viejo corazón
eres las campanas de una iglesia vieja/su recuerdo es perenne.
Su doblar no es triste,
es un añorar que ayer como hoy,
la muerte es una cofia
asomando por un precipicio,
despidiéndose con él.

Estás aquí ahora,
precioso el día impregnado de aromas y cuentos.
Hojas y más hojas del mismo árbol
renovadas y cetrinas, siempre jóvenes.

Parecen querubines
en un interior de blanca espuma,
que retornan con  las estaciones,
para advertir a todos, que nadie muere,
sólo se transforma en energía.

Hoy eres un ruiseñor en mi ventana
o  mariposa de colores, que maja y dulce,
parece danzar por la rivera.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 2/13