sábado, 12 de octubre de 2013

POETAS/A Pablo Rueda [74]



Sábado, 12 de octubre de 2013


POETAS/A Pablo Rueda [74]

Pablo en paseo.

Quise buscar un poeta y me dirigí a la esquina;
estaba Dandy con sus pies abiertos, y sus ojos negros.
Tenía un brillo que no sabía si era de llanto atorado
o hambre curtida.

Y continué viendo unas palomas llevadas por la brisa,
la gente ociosa que las espanta, que las oprime.
Dije que eran poetas del cielo que bajan un instante
para acompañar un rato,
y armar en los balcones sus pequeños nidos.

Y de poetas estaba llena la calle…
El pájaro enjaulado, que a pesar de todo trinaba,
el perro callejero “Diente” que a todo macho le arrimaba,
arrancando pedazos de cuero,
para que comprendieran
qué él era el chacho poeta de todos los perros.
Desnudé un poema, le quité los calzones curtidos,
le arranqué un sostén que tapaba unas garras largas
para verlo tan simple y tan grácil
cual si  de amor murieran las cigarras.

Conocí a un poeta que me llena de amores…
Viene como una luz suave sobre mi ventana.
Se antoja en viajar, en desaparecer,
cuando creía que el amor era cierto,
figurando un poema sobre la mesa
con un cristal lleno de rosas
que se volvió pavesas.

Todos los poetas van y vienen…
Se arriman los labios, se tocan las manos,
se ocultan bajo un árbol a brindar sus amores.

En versos declaman sus hambres del día,
que en elegías se convierten, en largos poemas,
con éste caminar intenso de la vida.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, octubre 12/13

CHRIS BURKHARD [75]

Publicado por Raquel en 15:50

CHRIS BURKHARD [75]

Hola Chris, es verdad que mañana veremos un amanecer
cada día despierto viendo hacia el sol.
La ventana irradia en belleza y luz,
mi árbol de pequeñas hojas es una promesa
y gotas de rocío parecen diamantes
que se esfuman con las horas.

Éste mes hablo del aroma del bosque,
de esa fuerza que brota de nuestro interior.
Suspiran las palmeras y las palomas se besan,
sonreímos, nos abrazamos, lloramos juntos,
iniciamos la jornada con los ojos brillantes
y en éste tiempo, también esperamos un beso.

Un abrazo a tu madre…
Un cariño desde mi hogar,
una flor con el aroma de las orquídeas,
una oración.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 12/13



SU OLOR [76]

Publicado por Raquel en 10:30

SU OLOR [76]

Estuve en casa de mi madre
y por alguna razón estoy triste, más no debiera,
una bata rosada pidió ella que me dieran,
la tomé con gran cariño, /tenía su fragancia mañanera
aquí los dolores eran calmados con menticol,
con aquéllas cremas que alivian males necios
aspirinas, alcohol...

Una extraña inquietud me llevó hacia su mesa
la radio estaba triste,  los cantores se habían ido.
Sentí un momento, un segundo que regresaba,
su olor inconfundible entre las brisas de octubre
se encontraron, con su mirada confundida,
y ese aroma a duelo pausado,
que todo se lleva...

En ese rincón, en donde tantas veces un abrazo,
el café caliente tenía  sabor a vida, tan lleno de amor,
y por esas cosas raras de la vida,
en ese instante, en el segundo preciso de la marcha
tu olor de nuevo, el “vick vaporub” en el espacio
con el asombro de que nada marcha,
y que todo queda aquí,
en el pensamiento que atrae tu aroma,
se impregnó de nuevo de ti mi corazón.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 9/13




VOLANDO [77]

Publicado por Raquel en 10:27

VOLANDO [77]

La gaviota blanca voló, la vi...
Sentí cuando abrió sus alas,
la vi cruzar por el cielo azul
y parecía cantar.
Era una flauta
feliz con el viento.

La niña de traje níveo cual  espuma
confundida estaba con las olas,
correteaba con ellas, detrás de un sueño,
y el sueño estaba más allá,
en la estrella más lejana...

La mariposa dijo que se volvería azul;
un suspiro final la mezcló con el mar,
la sal de sus ojos ya no existe,
una sonrisa escucho,
una carcajada presiento...

¡Mírenla!... nada te asombre hoy...
Sentí el olor de mi madre hace un momento,
tal vez se han encontrado, y bailan,
se entretienen con gajos de flores
que se enredan en sus cabellos...

¡Atrápala!... allá va...
Tiene alas de cóndor ahora,
se oculta sobre un verde ramaje
y pretende anidar donde habitan las perlas,
ahí sólo hay sonidos de bosque
el dolor se esfuma,
la tristeza se va...

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 9/13







DESPERTARES 3/A Leyder Álvarez [78]

DESPERTARES 3/Leyder Álvarez [78]

Aquí estoy, he llegado al fin a la cima, mi gran montaña, me dirige su bondad, hacia un puerto donde estarán tus ojos sobre mí…

¡Había tanta roca!, pero toda fue válida, me hizo crecer, levantar el rostro a pesar de diamantinos brillos que recorrían los senderos de mi rostro, se desgajaban al instante, para retornar con el aguacero de la tarde.

Aúllo de emoción, he visto hacia nuevos cerros, creí que las alturas eran éstas, ¡estaba tan confundido!, pero continúo el viaje con más fuerza y valor, inicio a elevarme hacia otro fin que se me ha impuesto, sin descubrir la razón.

Soy parte ahora de la tierra, mis senderos conducen a un azul intenso, a un ocre con sabor a manantial, a un brillo de luciérnaga, plantado en el universo, tan cerca y tan lejos de mí, que no me atrevo a  la cuesta bajar.

Y arriba de todo, en donde el viento se crea, y cada brizna se une para ser una estrella, advierto los rostros de los míos, sus carcajadas que se repetirán en otros, la quimera que al fin se convierte en realidad, sin atajos en el camino, para avanzar, siempre caminar hacia el motivo por el cual hemos llegado a éste lugar.

Permíteme hoy danzar, hay fuego, lámparas se encienden a mi paso, y no voy solo, me acompañan los ángeles, me guía el espíritu de una manada que cada vez se crece más, y dejo que sea ella quien me acompañe por esta larga travesía que me aleja del mar.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 10/13












MI ESTRELLA MADRE [79]

MI ESTRELLA MADRE [79]

Inicio el día viendo hacia el sol, la casita que está tras la nube más alta, en donde ella habita ahora, cada sueño en el camino está guiado por su espíritu de mujer buena, y su labor no termina.

Mamita bella, ayer te sentí, tu olor inconfundible, tu presencia estará siempre aquí y allá, desde aquí te pido lo que ya sabes, desde este sitio que no acepta tu partida, te ruego por lo que adivinas en tu corazón púrpura...

Lluvia, descansa... gotas de rocío,
brillo de tu alma sobre una flor
bella mariposa de mis sueños, /alcanza mi estrella,
dirige mi propia mirada hacia la tuya,
quiero avanzar hacia tu jardín y verte
para luego regresar un instante contigo.

Azota fuerte el viento...
La tempestad anuncia un arrullo de besos,
la tibieza de tu falda, el abrigo de tu sonrisa.

Y en este bohío de sueños,
dejo que los malos se vayan,
que aparezca la matutina estrella vida, alegría,
para aprisionarla junto a tus ojos bellos,
sin que marche de nuevo.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 10/13




QUIERO VOLAR [80]


Paisaje Santander Raquel R.

Publicado por Raquel en 10:19

QUIERO VOLAR [80]

Hoy siento esas ganas de abrir mis alas y dejarlo  todo, buscar un horizonte en otro sitio, en una quebrada donde pueda coleccionar rocas, y hallar mensajes entre las flores.

Estoy como una oruga, aferrada a un tronco sin hojas, quiero abrir la celda, cambiar de casa, de lugar, voltear el rostro hacia el mismo sol, pero desde otro sitio, tal vez una elevada montaña, en una casa grande de campo, rodeada de flores y trinos de aves, donde el frío me haga buscar un abrigo de lana.

¡Ya no doy más!… quiero marchar lejos…
Es mi sueño de hoy, volteo hacia todos lados, me siento entre un cono gigante sin saber qué hacer, sin saber cómo salir de éste sitio que me tiene arrinconada, y no quiero quejas, no deseo reclamos, pero me siento en la misma estación, sin que llegue el tren por mí.

Espero que todo cambie para bien; otros vientos, otras brisas, con otras personas, en otras esquinas…

Tropezar con azadones, morrales,  sonrisas transparentes, lidiar con otros ángeles, que muestren más allá de los ojos un interior fresco, sin palidez del día, sino con el rubor de la esperanza pintada en sus niñas, púrpura los cachetes,  como las flores que habitan los más elevados cerros.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 10/13
Paisaje Santander



ME HE DADO CUENTA L3R [81]


Publicado por Raquel en 10:17

ME HE DADO CUENTA L3R [81]

Paisaje Santander del sur. Raquel Rueda.



Hoy me he dado cuenta que todos los jóvenes se quieren ir para dejar a un mundo de viejos, en donde parezco colada, pues no quiero ser piel arrugada, si no hoja de otoño, que se ahoga en blanda quebrada.

Todos los niños quieren volar, nos dejan a nosotros para verlos partir, no soporto la encrucijada rara de la vida, en donde nos tocaron las despedidas, con pequeños robles mutilados, guardando las bellezas, los ojos como trigales tiernos y sus manos ansiando acariciar los pechos de una mujer, o queriendo tomar entre las manos sus nalgas, como guitarras nuevas,  los cabellos enredados en los dedos, y los sueños agotados en sus bocas.

También me doy cuenta que por más que lucho nada alcanzo, y la queja continúa, entonces un verso de otro poeta, me anuncia buscar siempre, elevar el rostro, levantarme con el ánimo de un caballo y trotar por la llanura desierta de la vida, mientras el trote no me canse, ni las manos suden.

Un remanso aquí en mi roca blanca, en el plástico obligado, en la cintura que desea quebrarse junto a otra, y todos los venenos salen, soy una serpiente, me enrosco, me defiendo de todo lo que me ataca, y al rato… soy una ostra en su sepultura,  abro los ojos, para que las perlas broten.
Me he dado cuenta que mi tren pasó hace rato, que espero el regreso de uno nuevo, que el amor no se obliga, ha de ser llano, como el camino del sembrador color chocolate, luego revientan verdes ojos de madre, son las praderas, ahí las gacelas se pierden si el depredador las acosa, ha de ser azul como el cielo, si las palomas inician la cruzada interminable, para arribar de nuevo a mi ventana y arrullar de amores el silencio para que en la noche regrese la calma, y el día torne con nuevas llamaradas de versos encendidos, sales de vida que palpiten, que caminen tras cada sueño, y se desnuden de felicidad, con una despedida al instante, que también nos hará llorar.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 10/13



DORA MARÍA VISITA [82]

Publicado por Raquel en 10:15

DORA MARÍA VISITA [82]

Buscaba una imagen para decir algo, pero me quedo atada en el blanco de la pared, quiero reír a carcajadas y un impulso me hace callar, entonces quiero llorar como siempre, porque soy una llorona de cabello largo y blanco, con mis greñas de loca caliente y arrebatada, pero en realidad, soy una paleta a medio probar, que por dentro ya no tiene nada.

Aquí está Dora, quejándose como siempre, que ahora se va a morir doña Ermencia, que a doña Matilde le dio una picada en el brazo derecho, que la pata de misia Virginia se le quedó atorada en una silla, que el viejito de las naranjas parece que se murió, que me duele la cabeza, pero no se toma una pastilla para el dolor, y en éste jode y jode, casi que me da a mí también fuerte temblor.

Qué ¡ahhhh!, tengo que ir a misa a confesar al cura, que estaba con pensamientos morbosos, y en esto llega la hora de la comida de German y que está muy apestoso, que ahora qué carajos hago, va a llegar visita y el bobo se baña cada media hora, y gaste y gaste agua, el recibo, el impuesto, y la nevera vacía, el culo gordo de las gordas, y las tetas enormes que ya no dan leche, que ahora eso uno va a entrar a la casa y la hediondez no se la aguanta ni un chulo con máscara, y en esto me levanto a preparar un tinto para que se calle la jeta.

¡jajajaja! y el hijo con el piano está que me vuelve loca y no coge oficio, que ¡Santo Dios! y el viejo no llega, ya me tocó pagar un recibo con tijera, porque me iban a cortar el servicio de gas, que de buena gana no lo hubiera pagado, ¡pero bueno ésta es la vida!
Y ahora Dora no quiere tinto, sino que se antoja de cacao y esto de atender viejas cansonas sí que me aburre también, pero bueno, lo haré por todos los tintos y atenciones que recibo de ella...

Y ahora que hay que lavar el balcón cagado de las palomas, porque si no vienen los inquilinos y después no se quedan, y entonces pido ayuda a Kevin y me dice: ¡eche, no joda!, ¡no lavo esa mierda!, a ver vieja, cuánto es la paga, sino se jode y esa vaina se queda ahí... a lo que le respondo con toda mi dignidad herida: ¿tengo que pagar a mis hijos para que me colaboren?... y él dice: ¡pues claro!, me tiene que pagar, lo dice con esa voz de macho, mientras ve a una vieja en video haciendo porquerías. En éste mundo moderno nada es pecado, ni existe el temor de Dios, pero viéndolo bien, así también sucedió en los siglos anteriores y nada ha mejorado.

¡Qué cosas!, creo que ésta historia continuará, después de que lavemos el balcón lleno de misiles de paloma, eso es buena suerte, vendrán sorpresas enormes, ya les contaré hasta los pensamientos más oscuros que tengo...

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 10/13


MI NOMBRE ES [83]

Publicado por Raquel en 10:11

MI NOMBRE ES [83]

Mi nombre es poesía,
descanso un rato entre joyas vivas,
me deleito del ruido de la tarde,
y la ambrosía de la noche.

Oculta de quien desee dañarme,
espero en el aroma del mes,
un octubre que bañará de lluvias el bosque,
permitirá que abran los pensamientos
para decir a mi Jefe amado,
que no soy nada sin Él
y que por Él, soy la pluma azul que se eleva
para descansar en la ventana
de mi ausente amor.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 11/13



FLORES BLANCAS 2 [84]

Publicado por Raquel en 10:08

FLORES BLANCAS 2 [84]

La vi al cerrar los ojos,
sentí el miedo en su corazón
que parecía buscar en el ocaso,
el último sueño,
ido entre las manos de su acosador.

Un leve temblor de labios:
¡No quiero!, ¡no hieras!, ¡no acorrales!...

Déjame dar un abrazo a mami,
permíteme decir que amo vivir
adoro las violetas pequeñas,
el trigo está por brotar,
entre las ramas ocres de un nuevo día
danzarán todas las aves,
y brotarán todas las perlas.

La niña no pudo declamar la poesía guardada,
se antojó ahora de un verde esmeralda
en un espejo,
y ahí se quedó.

Viendo hacia la gran planicie
abrió sus alas,
el frío inundó sus plumas
en tanto,
el depredador consumía su carne.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 11/13





ENTRE FIEBRES Y SUEÑOS [85]



Publicado por Raquel en 10:06

ENTRE FIEBRES Y SUEÑOS [85]

Simplemente cerré los ojos, dejé toda mi carga de lado, el basural enorme que llevaba encima, con esas torturas que nos amarga la existencia, y mis enormes botas de caucho, con la fiebre a no sé cuánto y el deseo a mil.

La vieja alborotada cerró los ojos, no pensaría en “porquerías”, dicen las señoras levantando el dedo pequeño, y simplemente me dejé llevar del aroma de mi nuevo día.

Una cama, una cocina llena de ollas que no terminaba de lavar, sin guantes, mientras otra mujer joven, mi supuesta cuñada en otro sitio, hablaba conmigo, creo que había un niño también, mi hermana Sofía llevaba un bebé muy gordito y bello, de ojos azules y cabello rojo corto, me dijo que iría al negocio de Julián, a colaborarle.

El bebé era como esos muñecos que nos regalaba mi padre en la niñez, todo iba bien, pero no terminaba el quehacer,  la chica sólo se limaba las uñas, sentí deseos al escuchar gritos en la calle: ¡mandarinas deliciosas!... ¡naranjas!, ¡6 por dos mil!... pero a pesar de las fiebres y las ansias, nadie quiso correr, yo estaba ahí, vencida con éstos calores que a veces no me dejan ser.

Cerré los ojos de nuevo, ¡todo estaría bien!,  tomé un poco de limonada para aliviar la garganta, otra vez  la misma joven, una cuñada inexistente guardada en otra estación del tiempo, en la juventud que pasó tan veloz como las aves en otoño, y se quedaron para primavera en un jardín venturoso, lleno de gritos y castañas, tan abundante en cantos, que preferí dentro de mi sueño, no despertar.

-Yo lo amaba- le dije a mi cuñada… creía que sería el hombre que envejecería conmigo, tanto entregué mi amor, que olvidé mis propios sueños por estar con él. Pero así como siempre terminaban mis historias de amor, se casó con otra, sin aguardar a contarme el motivo, dejando mis labios abiertos en espera de los suyos, a pesar de que muchas veces había jurado “un amor a morir”, como una vieja melodía que escuchábamos.

-¡No lo sé!, la conoció en una fiesta, fue con ella a danzar, le fabricó en su vientre una hermosa niña y con ella se quedó… ¡no sé nada más! –dijo mi cuñada de cabellos largos, muy lisos.

Ya no quise preguntar nada, seguí dormida, el gato se estacionaba en un rincón, los demonios esperaban colgados de la pared, las frutas pasaron sin ser advertidas, y esa sensación de líquido en mi boca, esas ansias sin llenar, me hicieron despertar.

Ahí estaba todo… igual que cuando dormí, estaba mi pequeña silla de plástico esperando. Con las manos ardientes, mis ojos brillantes, sin querer saber más nada del dolor, dije que me retiraría de los sitios donde se llora la vida, y se clama por la muerte, no miraría a otros padecer, pues enfermaba, mis fiebres se volvían recurrentes, con esa tristeza que se queda para siempre, y nos roba las sonrisas de nuestros segundos, de nuestra propia existencia.

Ya no lloraré, sólo despertaré para bendecir la gracia del color, para agradecer el instante de la luz que se cuela por mi ventana, para decir que puedo alimentar un ave, y por esto no seré pobre, que puedo lavar la suciedad, y no seré pequeña por ésta razón…
Mi jardín está muy pobre, sólo unos cactus que temen crecer porque alguien decide cortar sus gajos, un pedazo de sábila, tan pequeña, que parece una niña enferma, y las hojas de mi árbol amado, que caen cada día, para que las palomas armen sus nidos en el alero de mi ventana… ¡tal vez no muera por esto!, o si acaso llegara a suceder, me iré con brillo en los ojos, pues no fui responsable de sus hambres, ni cobijé sus flacos cuerpos un nuevo atardecer, sin tener la bendición de llenar las barrigas a sus pichones.

Creo que Colombia perderá, pero no puedo gritarlo muy fuerte, nadie se atreve a una apuesta conmigo, desperté con ésta sensación…

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 11/13


EL MIRLO [86]


Publicado por Raquel en 10:04 sábado, 12 de octubre de 2013

EL MIRLO [86]

Un mirlo se vistió de negro
y en su dorado pico un arpa
sonaba con el viento,
y oraba con la flauta.

En un grácil árbol de semillas rojas
eran rosarios dispersos
 regalos de la nada...

Declamaba un verso al invierno,
abría sus alas a la lluvia;
danzaba sobre su novia
que de rodillas lo esperaba...

Y cualquier día...
Una honda en su pecho
lo hizo bajar mientras oraba.

La niña se quedó vestida de grises
viendo hacia puerto,
en tanto el rocío le mojaba.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 22/13





FUEGO [87]


 FUEGO [87]

Mudo de piel mientras me quemo
¿en dónde estarán las manos?
se han ido todos, y son perversos mis labios
está encendido mi cuerpo,
es una llamarada viva, que me consume.

Tráeme tus labios para aliviarme...
Déjame un poco de tu pecho para curarme.
Deliro y en mi delirio todo se confunde,
sólo rojos, púrpuras entre mis sábanas
y dejo que el agua me bañe, pero nada pasa.

¿Será que moriré en un instante, sin verte?
Soñé que era un pastizal reseco y me encendía,
mis labios se revientan, tengo sed de los tuyos,
advierto la soledad que me quiebra de nuevo
y entonces, ante el espejo me desnudo.

Ni el ventilador me calma, ni el hielo,
ni las drogas que penetran por mi casa
y entonces en un ruego te suplico amor mío,
quiero que estés conmigo pronto;
caminar de tu mano y consumirme
ser carbón y ceniza,
entre tus brazos.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 11/|3







VIÉNDOME AL ESPEJO [88]


VIÉNDOME AL ESPEJO [88]

El espejo miente,
no tengo tan arrugada la piel
ni mis ojos parecen cansados
ni están las manos ajadas
ni el corazón parece agotado.

Quito todo lo que estorba,
le robo una sonrisa,
no hay palidez ni descontento
ni se dejó la flor sola en su aposento.

Viéndome al espejo, parezco otra,
un nuevo brillo tiene la niña
las manos desean ardientes caricias
y entre la selva húmeda se quedan
para bailar contigo un tango,
de labios abiertos y ojos cerrados.

¡Qué bonito parece todo!
No hay tristeza, ni lágrimas,
no hay dolor ni ardores perdidos,
en el espejo de mi vida te has quedado
y entre mis ojos vives escondido.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 11/13





AROMAS DE OCTUBRE [89]


AROMAS DE OCTUBRE [89]

A pesar de los delirios de anoche, me encapricho de nuevo del aroma de octubre, en medio de la sed del sueño, con escabrosas montañas que nunca terminaba de escalar, mandarinas que nunca alcanzaba, líquido que se alejaba de mí por entre tubos grises, y la sensación de que nunca despertaría, que tal vez estaría calcinada para cuando lo hiciera.

Me sorprendo que abrí de nuevo los ojos,  la danza apenas iniciaba, habían aparecido mis trajes perdidos,  la vida me entregaba de nuevo sus brazos abiertos, un rato más.

Vida mía, amor que te escondes entre los efluvios del bosque, sueño de cometas que se enredan entre las faldas de la montaña, y a mí me dejas viendo cómo se enciende y se apaga la vida en un instante.

Aquí estoy, otro momento, nos tomaremos un chocolate espeso, donde no habrán ausencias del corazón, y cada quien buscará afanoso el disfrute de la vida, con su tiempo, con los perfumes que trae un nuevo mes de lluvias y triunfos aparentes, con los licores y el olor a tabaco, el sexo desmedido, ese sin fin de cosas que nos hace sentir torpes e ignorantes, ante tal sabiduría.

Ayer descubrí que nada estaba bien, el hombre podía desbocarse, abusar, entorpecer sus labios sin creer que existe un Dios quien nos tomará cuentas, que podemos decir y hacer lo que deseemos, finalmente la vida es un sueño donde el pecado no existe, sino en la boca de los viejos, pero los troncos añejos jamás equivocaron su sapiencia.
Ayer el vaho del bosque me hizo perder, siento calor dentro de mí, sensación de una hoguera encendida que no desea apagarse, mis labios parecen surcos resecos, hoy marchará alguien más, no sabemos quién, pero es seguro que correteará buscando el aroma entre las montañas, y se perderá en el infinito, con los ojos cerrados y el alma desnuda.

Me quito las sandalias, quiero danzar un poco, un segundo más...
La vida es maravillosa, a pesar del dolor que se calmará en el instante del retorno a los bálsamos que se conjugan en el bosque, y los ojos se estacionen en la vidriera de un cielo más azul que todos los garzos juntos.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 12/13





LA NANA LUNA/A Miguel Hernández [90]

LA NANA LUNA/A Miguel Hernández [90]

Y a mi Nana Luna le pedí un caldo
que con las estrellas alivió mis ansias.

¡Cálmate niño!, ¡aúlla tus hambres!,
en tanto bajan de arriba, aguas dulzonas,
y de tus ojos saltan sales de madre.

Entre los antojos de saciar gulas viejas,
un trozo de torta… ¡parece de queso!...
Parece el maíz amarillo, que nació en el cielo
y con mis ojos siembro y con ellos riego.

Mi Nana Luna: ¡Calma mis temblores!...
Como aquél poeta entre barrotes viejos
donde sus niños serenaban sus ganas,
con caldos virgen, ¡llenitos de versos!...

Raquel Rueda Bohórquez
Colombia, octubre 12/13