miércoles, 25 de septiembre de 2013

MI LAGO [30]


Mis padres, abuela Eduarda, tías Felipa y Teodora



MI LAGO [30]


Te diré que mi lago son tus ojos,
ahí es donde quiero nadar,
en ese sitio es donde quiero estar.

Aquí me duele todo...
La indiferencia, la falta de respeto y amor.
La brisa del norte me dijo en un susurro: ¡Es Él!,
es tu tiempo de sonreír, es mi tiempo para ti.

Olvida el ayer, que nadie te regale más espinas,
búscalo antes que la mariposa cierre los ojos
y la lluvia empape su frágil vestido.

Arrima tu boca a la mía,
anhelante espero, en tanto cierro los ojos,
para nadar en los tuyos.
Y cuando despierte a un día más,
sabré que me cobijo bajo tus brazos,
que serán la sábana
que me descubra en tu cielo,
viendo la misma luna, a la misma hora,
adornada de luceros...

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 24/13

COMO TODOS [31]


COMO TODOS  [31]

Tengo sueños como los demás,
y ésta bendita soledad parece ser mi lámpara.
Veo en mi sombra, la tuya,
 /puede ser un paso a esa locura.

En esos ojos ausentes,
mi lago regresa al turbio de la vida,
y como una flor agotada de sus inviernos
busco una imagen,
para recordar el paso furtivo de la golondrina.

En esa esquina tal vez,
donde me espera un tren que nunca llega;
aguardo paciente,
cual gacela ante su depredador.

Mis suspiros, se agotan
dentro de mi cansancio de cada día
/pero se critica a quien está cansado,
a quien mueve las manos,
y siempre lo hace alguien,
que imagina estar en las alturas.

Me acomodo de éste lado,
aquí  puedo ver sin responder,
me trago las palabras que hieren
y las críticas que ahondan el dolor
/no puedo quejarme,
no estoy aquí para eso, pero debo hacerlo
para quitar éste gran peso
que ahoga mi pecho entre suspiros,
y busco un poeta nuevo,
en las brisas de septiembre.

¿Eres tú?... o tal vez alguien falso,
quien persigue una carcajada a costa mía.
¿Eres el jilguero azul?...
Pueda ser que no existas sino en mi torpe mente,
que entre los humos que se expanden con el fuego,
y ante las cenizas de mi yo,
encuentre en un lejano jardín, algún consuelo.

También me retrato en otra esquina,
con el espejo de siempre,
hoy la nostalgia me agobia un poco,
a todos encuentro diferentes
tan aislados los veo cruzar un sendero,
donde debería ir al paso
pero entre más me acerco,
más me alejo…

Como si fuese mi vida, odas de colores,
sólo en vagos sueños me aprisiono,
me acompaño de la misma luna y sus luceros
para llorar un poco ,
y descubrir el motivo de tu ausencia.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 24/13


NO HAY LAGO [32]


NO HAY LAGO [32]

Las perlas de tu lago azul es lo que espero,
confundirme en tus aguas mansas,
caminar  de tu mano, hoy, mañana,
cuando  la lluvia torne tan fresca,
que mis ojos no llorarán.

No existe otro lago más que tu mirada;
hacia tus claras aguas me lleva la luz poderosa,
como ese poco de estrellas  
confundidas con las llamas
esa luciérnaga,
que se aferra a la cornisa de mi casa.

Aguarda, ¡ten paciencia!…
Llegará un azulejo pronto hasta tu árbol;
buscará un campo  nuevo, una primavera diferente.
Enredaderas de colores verán tus ojos
en medio del calor y el ruido de la tarde.

¡Valió la pena el dolor!…
Valieron las rocas  del camino,
por algo los cardos tienen espinas,
si finalmente seré testigo de su amor interior.

Por alguna razón lloré tanto
en medio de una soledad infinita,
para que tu voz quedara atrapada con el viento
y en medio de un poema a mi madre, llegaras,
por aquéllas cosas tan extrañas de la vida.

Existe una razón, un mensaje en secreto,
a Él me acerco día a día, hacia su fuerza proclamo,
como lo hace una flor marchita en su despedida,
para ser feliz a pesar del verano.

¡Primavera!, que no marche la felicidad de nuevo;
que no tañan las campanas cuando más felices,
que no se agolpen los ojos con cascadas de sal
y pueda contemplar el iris, pensando que ella está,
para cruzar El Magdalena junto a  su mirada,
y verte a ti, a mi lado, adivinando  cometas en el cielo
para  alcanzar mi  estrella fugaz, jugando con la brisa.

No existe lago para mí más que tú mirada,
ni tristeza más grande que no verte,
ni suspiro más profundo que perderte,
ni lucero más amado que tu estampa.

Cuando te vea venir
sabrás que mi rostro estará encendido
como los bosques ansiosos de rocío,
y el astro divino,
al salir de las montañas.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 25/13





PROPÓSITOS [33]


PROPÓSITOS [33]

Mi propósito es seguir danzando, sonreír a pesar de todo,
idear un sol cada instante, y antojarme de la brisa del norte,
sin afanes, viendo a tus ojos un segundo, y aceptar que nada soy,
que mi respuesta a lo que descubro, es sólo agradecer.

Mi alegría es comprender que no todo es mentira
y si lo es, ofrecer nuestro dolor y continuar.
Por cada espina se espera una respuesta,
por cada lágrima se riega una flor.

Mi esperanza es permanecer un rato más;
hoy no me duelen muchas cosas
pues he sabido perdonar de corazón,
ya nada me intriga, nada me acosa,
para verte en las noches,
mi más cercana estrella
que se abriga de olas junto al mar.

Mi sueño es amar, siempre amar…
Puedo herir si me hieren, pero dije: ¡no más!
No seguiré el juego de las polillas
ni perseguiré luces de colores
y aguardaré confiada  un día mejor.

Mi ahora, es contar con letras lo que pasa,
avistar alegrías en medio del sufrimiento,
un señuelo para entristecer, es el engaño,
detallar las montañas invisibles un consuelo,
rogando al perfume de las flores
y suplicando del ruiseñor su vuelo.

Mi ya, es vivir contenta a pesar de todo,
vendrán días de rocío y hermosas primaveras;
llegarán dolores de parto sin pedido,
pero al dueño del huerto todo pertenece,
viviré mí ya, sin más afán ni más descuido.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 25/13



CUENTA MI MADRE [34]


Karen con Iván

CUENTA MI MADRE [34]

¿Qué te preocupa?
No te hagas preguntas sobre la vida y la muerte
ya que ninguna de las dos existe…

¿Sueñas estar viva?
¿Imaginas un amante bajo la lluvia,
y sueñas con el sol de cada día?

No estás ahí, tu pensamiento vaga
es una gota de rocío sobre flores imaginarias.
Tu corazón palpita, pero es sólo brisa… hálito…

Despertarás creyendo que existes…
Sólo habitas la blancura de un tiempo.
¿Existe el tiempo?...
Es sólo finito dentro de mundos vacíos…

Estoy en ti, y estás en mí,
y todo es una cadena invisible;
todo es soñar, como el poeta
entre nubes mágicas donde los ideales persisten,

sólo navegar en olas azules entrelazadas
que  vienen y se alejan,
y se confunden en un todo
o en la nada…

Ahora soy una brizna  dentro de un cono de luz
soy ese “algo”   que adivinas si estás triste,
soy un espejo de agua, aquí nadan pájaros azules,
todo es de color azul, pero entre su mágico estero
miles de flores son todo y nada…

Soy una hoja repetida en cada otoño…
Una primavera que abre sus alas a un colibrí,
una mariposa de colores, o pálida,
que pasa por entre mi alameda fría y lejana.

A pesar de no ser sueño, ni ser nada…
Soy la que soy, tu sangre que palpita,
que parece soñar estar viva,
que eleva suspiros míos, tuyos,
como de las nubes pasajeras en el cielo
la lluvia, que al cantar con la brisa,
todo lo vuelve primavera.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 25/13






A VECES [35]



A VECES [35]

Le pregunto a los astros en donde estás,
busco  refugio en un lecho reseco;
escucho sonidos que se agolpan y me hacen correr,
mi cabeza en un cúmulo de sensaciones,
y temo abrir la boca.

A veces me pregunto si existes…
Corro de un depredador implacable,
me estremezco  ante el ruido de la noche
y durante el día, tengo mucho miedo.

Arriba de todo estás,
/¿o estás  debajo de mi sombra?
Tal vez eres la mancha  que me sigue
en el instante del temblor en mis labios,
en el momento de mi agonía y  dolor.

Te busco y no te encuentro…
Tan gacela aterrada del mundo vivo,
¿Quieres hacerme daño una vez más?
Retira tu mano, porque alguien más fuerte,
alguien con poder, más profundo que el infinito,
llega un momento para quedarse en mis fiebres,
y retirar con gotas de rocío,  
éste fuego bendito.

Levanto el rostro como cervatillo,
pasos livianos entre los ocres del bosque;
ojos dorados tienen brillo de luceros,
doblo al fin las rodillas ante mi cansancio
y mansamente, espero…

¡Soy ahora tan feliz!
Era certeza que estabas en la brisa,
verdad que entre la lluvia fresca;
cierto, que entre palomas de colores
y herido como un árbol a punto de caer.

Veo tu rostro y tus ojos claros
al brote de un manantial,
susurro tu nombre y gritas el mío.
Eras hoy, eres siempre el sonido del mar,
el espacio todo llamado universo.

Desde aquí contemplo todo lo que existe
y proclamo el amor con un verso.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 25/13