jueves, 1 de agosto de 2013

AMADO MÍO [133]

Jueves, 1 de agosto de 2013

AMADO MÍO [133]

Amor mío, cada día corro a verte
eres mi página en blanco,
mi luz, mi norte.

Hablo contigo y tomas mis sueños,
me enredo entre luces mágicas,
puedo conocer el mundo a tu lado
entre letras grandes y pequeñas
eres mi sol precioso.

Sí, a ti mi amor,
mi esposo computador.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla agosto 1/13
Publicado por  RAQUEL     en  09:42   

Y YO [134]


Y YO [134]


Estoy aquí sobre la cumbre
esperando ese beso tuyo
donde todas las corrientes se juntan
para que seas mi norte señalado.



Y yo, siempre desee tus besos,
muriendo de sed me descubro,
un chillido se atora entre las rocas
y danzas de nuevo,

con tus alas abiertas.


Enmudezco una vez más...
Es a ella a quien amas,
pero entre mis versos te desnudo
te poseo cuando se antoja mi piel,
para descansar feliz entre tus arenales.



Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 30/13


QUIERO [135]


QUIERO [135]

Deseo escribir una oración sobre tu pecho
para decir: te quiero...

Eres ese poema pendiente de cada día,
esa letra que le falta a mi diccionario.

Son tan menudas mis oraciones,
que no encuentro la que deseas escuchar.

Pero al dejar ésta flor en tu ventana imaginaria,
te diré que un suspiro de su corazón perfumado,
te repetirá cuánto te amo.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla julio/13



POESÍA [136]

"LA POESÌA NO QUIERE ADEPTOS, QUIERE AMANTES"
Federico Garcìa Lorca


POESÍA [136]

¡Oh poesía, llenas mi vida de color, de alegría , de tristeza, pero sin ti no tendría un soporte para encontrarle tanto sabor a la vida.

Puedo decirte que me has dado más amantes que en la realidad, y que a todos los amo, se quedarán por siempre enredados en los brazos de mis pequeñas niñas amadas, paridas desde mi alma.

Poesía que guardas un poco de mi sal, para llevarla a ese amor que habita más allá de las estrellas, y en mi barca de madera me permites navegar, hasta donde mi pensamiento lo permita.

Un poco de aquí, un poco de allá te recuerda, me quedo esperando tus ojos negros,  azules o verdes, como divinas joyas que se pasean entre una blanca hoja, cada día.

Pero luego, prefiero una flor, un ave, o el verdor de la montaña, y entre un iris mágico que me regalas cada segundo, me quedo...

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, julio/13

UN DÍAA MÁS/A Socorro Rueda



UN DÍA MÁS/A Socorro Rueda [137]

Estaba bordando escarpines de colores,
angustiada por lo que no podría reparar
y una voz interior le dice: 


¡Oye!... ¡despierta mujer!
Vive tu vida feliz, ¿acaso imaginas cuándo terminará?
No puedes arreglar lo que otros han destruido
pero puedes entregar perlas de tu interior,
donar tus sonrisas, sembrar un árbol,
detallar una flor que se muestra miles de veces,
y la dejas pasar...



¿Has visto el amanecer de hoy?
¿Escuchaste los trinos sobre los árboles?
¿Has llamado a tu hermana para contarle algo?
¿Has tomado una libreta, para dejar un poco de tu alma?



¡Desahógate!... pero por favor,
no te ahogues en las penas
porque hay muchos que las tienen
y no las pueden proclamar.



Parece que tu vecina morirá pronto,
¿será hoy?... ¡tal vez!...


Inquietantes sueños van y vienen
una sombra oscura nos acecha,
pero llega el día y abrimos los ojos
y el miedo desaparece...


Mira a Bembis, algo tiene tuyo
ahí quedó huella del amor de ayer
entre gemidos ahogados
y dulces caricias.



Un agradecer por los instantes,
lluvia fresca son perlas de sal
donde nace cada día un brillo nuevo,
y nos hace bendecir el hecho de estar
por el motivo de vivir un día más.



No te apresures a llorar…
En cualquier segundo retornará un aguacero
dejará limpia la mirada,
los árboles renovarán sus hojas
y las cigarras morirán cantando.


¿Quién enciende y apaga
la luz de las luciérnagas?
Si lo sabes, dejarás de llorar.


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 31/13 





UN LOCO [138]


UN LOCO [138]

Necesito un loco 
que me enrede en su demencia,
que me dé a beber un elixir
que todo transmute en colores.


Un extraviado  que me quiera
de la manera como  deseo
y de la forma que él se invente,
sin tormentos ni complejos.

Que pueda ver a Dios en el sol,
que los labios sean los pétalos de una flor
que un lirio seas tú haciéndome mujer,
un arroyo sea tu lengua en la mía.

Si acaso ese loco eres, ¡acércate!,
no tengo miedo a inventar otro poema
en donde camines a mi lado
y lleguemos a la orilla de un precipicio…

Se me antoja entonces volar…
Nada golpeará nuestro rostro
seremos cóndor y brisa fuerte
sobre un azul mar
que abone su fuerte voz
a nuestra suerte.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 31/13




EL GALPÓN [139]


EL GALPÓN [139]

Sobre una roca la niña espera
y el cantor acusa sobre un árbol,
entretenido tal vez en otros cantos
que como los de él, le animan.


La niña de plumas doradas espera
y el cantor repara en su belleza.
Dócil y mansa como un cordero
no parece polla de cualquier gallinero.

Escogió al de plumas rojas encendidas
sin importar que a otra consintiera,
era su corral bordado en sedas de faisán
y pequeñas ramas secas de hierbabuena.

¡Ven a mi corral! -decía la pequeña-
en tanto escarbaba imaginarias sorpresas
y el esponjado pollo ante sus ojos,
que como pedazos de sol le desvistiera...

Acercase con aires de rey
y a la primera estocada de sus alas,
arrastrando el suelo
dobló las rodillas ansiosa,
sin esperar un beso siquiera.

Y al completar la misión de su vida
contenta al fin le veo
correteando con pequeños juguetes,
que como peluches dorados y negros,
trinan sones de amor ante su princesa.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 31/13 




MIEDOS [140]


MIEDOS [140]


Entre todos los miedos
el más grande es desconocerme,
no saber hacia dónde voy
ni lo que espero de mí.


Tengo miedo de la lengua,
del azote de la espada a mi espalda,
de la traición de un amigo entrañable
y no poder perdonarle.


Me asustan las noches...
A veces quiero cerrar los ojos
pero una sombra parece un demonio,
una hoja que cae de mi árbol una daga,
y de nuevo asustada despierto.



Miedo a la soledad,
aunque sé que nacemos solitarios
y en soledad nos despedimos...



Pero me asusta no ser amada,
temo el no ser correspondida
y sé que no tengo otra oportunidad,
tal vez no regrese de nuevo
y me olvide por siempre

de tus ojos negros.


Me inquieta

que no hayas estado en mi camino

y que si lo estuviste hubieras marchado,
otros brazos sostienen lo que soñé mío
y otros labios, besan la boca

que para mí había deseado.


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 31/13 




PUEDO [141]

Era para un concurso, donde iniciamos el escrito, a partir de ese pedacito de poema al principio... pero me dio pereza, entonces lo dejo aquí para mis amix xd pssssssss obvio!!  Un poco largo, porque exigen de 500 a mil palabras 



Soneto de Fidelidad de Vinícius de Moraes: 
“Puedo decirme del amor (que tuve): 
que no sea inmortal puesto que es llama, 
pero que sea infinito mientras dure.”



PUEDO [141]

Puedo recordar tu mirada,

ese ayer que me sostuvo
pero navegando sola en la rivera

me has dejado.

Seguir amando a través del tiempo,
descubrir que nada soy sin el amor
y que eras tú mi sueño desde siempre,
donde mi anhelo era estar contigo.


Puedo esperar a mañana
un sol naciente,

una primavera donde estés,
y seas tornasolado colibrí de verdes alas
o gorrión anidando cerca de mi ventana.

Eres la piel que deseo sobre la mía
una encendida lámpara en mis pestañas.
Flamea tu corazón al vaivén de la brisa,
¡que nos encuentre a solas la noche
para bendecir el prodigio

de tus labios en los míos!

¡Si, puedo!,

puedo todo, pero contigo…
Anhelo volar a balcón para amarte
si estás dormido, y yo,

con los ojos cerrados,
abrir mis brazos y tomarme toda,

imaginando que mi cuerpo es el tuyo
y que tu lirio amoroso está dentro de mí.

Volará el tiempo,

mi árbol de pequeñas ramas busca un otoño
te contaré, que ahora todo en mi vida se volvió deshoje…
Marcharon tristes las primaveras,

tan veloces que enmudezco,
me dejaron viendo a mi espejo quebrado
las sendas de párpados marcados
que parecen resecos pantanales ante el sol.

Y busco en el diccionario grandes letras
pero me antojé de las mías para hablarte
desde el fondo de mi alma,

para decirte repetido con los huracanes
que eres mi deseo continuo,

mi perversidad entre la zozobra y mi calma,
aguas de un lago,
donde la desnudez del cielo se copie
y nuestros cuerpos se descansen en un abrazo. 

¿Cómo he de olvidar

que ante un ocaso te juré mi amor?
¿Recuerdas las estaciones de nuestra vida?
Apresurados los dos, corriendo por las montañas
esperando un poco de estrellas, para besarnos a escondidas,
y tus manos tibias entrar bajo mi falda…

El sonrojo de mi rostro, como una manzana madura,
y tú, mi muchacho, mi caballo brioso con todas tus energías
tu brillantez, cual diamante oculto entre las rocas
con toda esa luz que no podíamos ocultar,

luciérnaga solitaria
susurrando versos de amor entre las hojas.

¿Soñabas los mismos sueños míos?
¡Qué triste conocer del mañana el desencanto!
Arropado entre las marañas de la vida me dejaste,
viendo en soledad  tu atardecer que creí mío.

Amor que entre la soledad me encuentra
con mi cabellera como luna pálida hilvanada de plata.

Esos pequeños hilos de seda tan escasos,
pezones perdidos sin ser amados
y éste cuerpo que ayer era de guitarra

ahora, pequeño acordeón,
encogido sobre una silla.

Pero mi amor no palidece…
Se tornan las estrellas blancas y brillantes
así es mi rostro,
luna en eternos días mustios y apagados,
paseándose por entre las escarpadas rocas
buscando enloquecida un sol para su alivio,
pero el veterano astro temprano marcha
y nunca será encontrado...

Así el tiempo pasa y no puedo olvidarte,
predecir el tiempo es una mentira
me ha engañado,

es un traicionero que me ha robado tu amor,
se ha quedado con mi diamante feliz.
Astro dorado que amanece entre los cerros
y marcha veloz, persiguiendo otras estrellas
en otros sueños… ¡más no en los míos!

Mundo extraño que me hace padecer sin ti
bajo la sombra de mi casa pequeña.
¡Si vieras las palomas anidando!
Entre besos y consuelos las veo envejecer como yo,
sus picos enredados como mi mala suerte,
pero al rato te recuerdo, y no has muerto…

Se ha quedado tu eterna huella,
la mariposa azul encantada pasa
por éste imaginario jardín de mis recuerdos;
es tu figura lo que veo, tomada de una flor,
abrazada de una orquídea…

¡Acércate a mi ventana cielo mío!
Deja un leve aleteo de tus alas
para saber que también me amas.


Dejaré de soñar como una loca vieja
bruja en escoba de seda
guardada en un cofre de cristal /el de mis ojos.

Te quedarás cuando mis párpados estén fríos
guardando dos cristales congelados.

Mis manos estarán abiertas a esperarte
en otro mundo lejano,

donde sigas siendo el mismo de ayer,
el muchacho de perlas negras
que se quedó por siempre en el nicho de mi alma
y que al recordarlo, un manantial amanece,


para desvanecer como una pequeña quebrada
sobre mi vieja falda. 


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 30/13

PALABRITAS 300713 [142]

PALABRITAS 300713 [142]

Cuidado, no se entusiasmen con la belleza,
es una cápsula peligrosa,
mejor busquen el brillo del corazón en las personas,
es muy fácil, pero las redes de las arañas
siempre son una trampa fatal,
donde el incauto cae. 

Para la mala onda,

dame un beso en la boca con mordisco suave
lengua con sabor a naranja o ramitos de limón
y un buen abrazo.

Escribir poesía escuchando una linda voz
es como iniciar el día sonriendo esperanzado,
por un mañana que anuncia luces de colores.

Recordarte es una dulce enfermedad
el día de hoy está hermoso, 

veré como sigue pintando.

El mejor alimento para el alma

es el perdón
y para la felicidad,


el amor.

Raquel Rueda Bohórquez 

ENTRE AZULES [143]


ENTRE AZULES [143]


En cambio grito tu nombre
y desaparece con el viento,
pero entre suspiros con olor a rosas
te pierdo y te encuentro.



A veces también miro, sin ver…
Escondido pareces,
asustado como yo
ansiando un ocaso soñado,
pero el torpe se esconde
y un sol de mañana
deslumbra mis ojos,
un trino en el árbol
me encuentra llorando.



¿Qué haces?
¿También te equivocas?
¿También confías y te engañan?
¿También elevas cometas que se alejan
entre las brumas de la tarde?



Me culpo mil veces por no encontrarte,
¿acaso te disfrazas de sombra, en la noche?
¿Eres quien llega al cerrar los ojos,
te acuestas conmigo, y no sé tu nombre?
¿Me dejas acaso migajas de tus sobras?
¿Compartes conmigo del amor que desbordas con otras?
Pareces un lirio en el valle, solitario y sin amar,
y parezco tu sombra perfumada
que no has de hallar.



Detallo tu figura,
entre azules de un nuevo día
se llenan mis ojos de lumbre, de luz…
Enciendo mi corazón que parecía apagado,
pero el fuego se extingue,



y te veo llegar a mi ventana abierta
como brizna  de esperanza
que dará brillo a mi último otoño.



Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, agosto 1/13




YO TAMBIÉN [144]


YO TAMBIÉN [144]

Recuerdo de sus manos arrugadas
agujas punzantes en sus dedos,
y recuerdo de viejas madrugadas
con el corazón alegre de gorrión

recibiendo sus consuelos.

Sus remiendos son la vida misma,
sus pocas alegrías,

que para ella eran todo,
mi abeja cantora y divina
mi ángel en su vieja silla descansada.

También rememoro sus orquídeas,
tenían su olor, a eterna primavera.
Sus flores conocían de sus manos
y gajos preciosos le donaban.

De su hombro un toche,
de sus silbos de continuo
un mirlo cantor en su ventana
aprendiendo lecciones de vida,
donde el amor era su don
y amar su ventaja.

Y la recuerdo en la cocina
con las inmensas ollas preparadas,
heridas muchas, sanaba con besos y sonrisas;
sus rincones escondidos


donde también lloraba.

De su última mandarina sólo un tajo
que desgranó ante mis ojos,
silenciosa y cansada...

Del último poema declamado
¿quieres que hablemos? /me dice con voz apagada
Está bien... empieza...
y ante mi sorpresa,
con deseos incontenibles de abrazarla
lo recitó... de principio a fin,
como su elegía final
que se quedó conmigo.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, agosto 1/13