ROSAS
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Tanto
se habla de las Rosas mujeres,
pocos
recuerdan las espinas que envejecieron con ellas
y de
todo un poco, de los dientes de Dandi,
de
los mocos del niño de la esquina
sus
vitrales marcados en los brazos,
de
los ojos de la vieja puerca que se caga en un rincón.
De
ellos nadie habla, pero me antojé otra vez.
Del
hedor a sucio que nos hace escupir en cualquier banca
en
esos rincones que parecen engrasados de mala suerte,
de
las ventanas imaginarias en casas sospechosas,
de
los bolsillos llenos de copas rotas, sí, de todo eso,
que
se acomoda cada segundo ante mis ojos.
Ayer
pasó sin hacer ruido,
hoy
donde hablamos y hablamos,
pero
nada que llega solución…
De
la inquilina que salió mañosa igual que el gay
y lleva
11 días de atraso,
y
es otra que me vio la cara también.
De
esos políticos corruptos y amañados en sus puestos,
de
los pendejos que regalan el voto
por
una botella de aguardiente.
¿Qué
carajos nos importa el otro,
si
bien me siento?
De
Kevin en su piano buscándole notas al destino,
de
sus amigos que no saben hacia donde van
y
de a poco se enredan en marañas de niños viejos,
pero
descalzos, a la vera del camino: ¡que no estén jamás!
Una
ventana medio abierta,
el
chismoso de la esquina vagando en la puerta
con
un periódico de ayer,
leído
y releído, con los ojos puestos en otra parte,
arreglando
el mundo de otros,
cuando
el suyo está al revés.
La
coja que le robó a mi madre el sinsonte…
Esa
vieja estúpida ya no sé ni a donde está,
se
quedó la tristeza de mi vieja en navidad
cuando
mi padre acababa de marchar.
Se
me antoja recordar el último café caliente,
el
patio con el guanábano lleno de brotes,
las
frutas que mi princesa no alcanzó a probar,
pero
fueron tantos los sueños de verlas grandes
que
se vencieron con sus ojos claros
para
que otros los probáramos,
era
su dicha tal vez.
Y
de las Rosas, olvidé las de ayer.
Un
trozo de parcela 2x1 nos espera,
un
pedazo de frío mármol retorna,
¿será
que ya son las tres?
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
mayo 11/13