sábado, 27 de abril de 2013

FIERA [15]

FIERA [15]

Así estoy
herida y triste.
Dagas mortales
con rojos intensos,
son puñaladas
que me trajo el viento.

Como una fiera
espero de tus manos,
de tus ojos dorados.


Extensas praderas,
calores en mis garras
para matar la vida
y llenarme de gracia.

Estoy  fiera, amor,
espero la corriente
que a mis venas atormenten
para que pueda resucitar.

Herida la noche aguarda,
sucumbe en mí,
dentro de mí,
para acercar mis labios
y sanar tus heridas en las mías.

Luego volar,
siempre volar
prendida de algo,
aferrada de sueños,
hasta sentir
que el frío es dueño
de la vida,

y la verdad,
una mentira a medias.

Raquel Rueda Bohórquez

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AROMAS [16]

AROMAS [16]

Levanta tu cairel al viento,
Rojos postizos, encendidas flamas.

Urde el corazón falsía
Que sobre mentiras se inflaman
Y  bailadoras lenguas
Como lanzas venenosas
Esgrimen vanidades.

Corre la potranca y el caballo le sigue
Fustiga rabias y dolor…
Vanidad se hizo amiga de soberbia
Para reír a carcajadas.

Mañana el dolor
Acuñado en falsas amistades,
Una mueca dejará
Sobre la comisura de los labios.

Honda herida, ausente mirada.
Callan voces que ayer nos desvelaron
Que antes, nos vieron asomar con el sol
Y trasnochados inviernos nos hallan hoy
Con los ojos húmedos, y la boca cerrada.

Parva vida, loca inocencia…
Como niña herida, ¡corre!...
¡Huye!, /Que apesta a ignominia


Y desde la montaña
Se escuchan sonoros vientos
Que traen aromas de alboradas.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 27/13 

PARCA AMIGA [17]

PARCA AMIGA [17]

¿Quién no ha sufrido desengaños?
La corriente de los ríos,
A donde se vomitan inmundicias
Se alejan torpemente y se desvanecen
Sobre ennegrecidas rocas. 

Vida, muerte, dolor…
Pocas alegrías nos toman,
Se desvela un lucero
Mientras sigo aquí
Viendo hacia la nada.

¡Qué poco vale desnudar el corazón!
Qué mínimo es el valor, la estima…
Sinsabores llenan el alma
Y en la boca sólo el amargo de la hiel
Donde se clavaron viejas espinas.

¡Mentira!...
Quien adula y ríe tanto,
Ese lleva una trampa guardada.
Quien te regala sueños y luego te los roba,
Los desvanece como el humo de un cigarro,
Dejando tus labios con ese sabor amargo
De las despedidas.

Falso quien calla…
Cual  peregrinos vamos,
Somos nuestra propia tumba
Deambulamos de la mano;
Nos volvemos cómplices...

Reímos a carcajadas de otros
¡Qué vanidosos somos!
Parecemos mariposas de colores bajo la lluvia.

No hay afán…
Continúa, seca tus ojos, no te avergüences.


No voltees hacia atrás
Pues tus harapos valen más,
Tus zapatos rotos tienen más valor
Tus lágrimas harán brillar tus ojos
Que parecerán doradas estrellas,
Y tu boca, continuará con sed
Junto a tus manos abiertas.


Rojas zapatillas,
Labios encendidos de carmín
Hacen olvidar del amor verdadero.

Gimen las doncellas y se desvanecen...
Las piernas se agitan y el rubor se borra,
Si  la parca nos halla desnudos
Y sus ojos sin fondo, infinito oscuro,
Nos detallan.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 27/13

ÓLEOS/A Carolina [18]

ÓLEOS/A Carolina [18]

Pinto una sonrisa a medias,
Me desnudo ante la luz de las violetas.


Blancas huellas ríen y se burlan
Y espero al navegante entre las sombras.

Se empeña  tristeza en ver mis ojos
Se antoja la lluvia de amaneceres.


Un desvelo nuevo me topa, viviendo un poco
Mientras  el corazón es una roca herida
Que sangra y suspira sin remedio.

Traje de pieles que se curten con el tiempo.
Belleza efímera, rosas del viento.
Mariposas soñadoras que se roban las noches
Ven niña triste… ¡acércate paloma, que estoy riendo!

Ya el pintor está cansado…
La paleta dibujó mis labios.


Mis senos esconden viejas heridas.
¡Madre Santa!, dulce reina:
¿Por qué no habré dormido?

Y un son de brillos
Cual perdidos viajeros, diviso.

El óleo está listo, el pintor se amaña.
Desea tomar el desnudo y estar con ella,
Pero la niña duerme, callada, muda;
Y se opaca, ante el furor del tiempo.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 27/13

¿QUIÉN TE DIJO? [19]

¿QUIÉN TE DIJO? [19]


Nena linda, ¿qué haces?
¿Por qué razón deshojas margaritas?
Ya no hay dorados corazones ni perlas 
Y confiar nos vuelve pálidos…



¿Ves el celeste cielo?
¿Escuchas el bramador viento?
Divino el son de la lluvia sobre los tejados
¡Mírala correr!, parece cabra por el sendero…



Deja esas flores ahí, que tu necedad no te desvele.
Cierra los ojos a tu ayer y sigue los pasos de las luciérnagas
Donde un cayado va delante de tus ojos
Viendo hacia la cúspide con una sonrisa de galán.



Pon tus manos bajo la lluvia…
¡Qué dulzura! Corre… corretea…
Deja tu cabellera suelta que el viento la bese
Que nadie toque tu desnudo.



Oculta tu rostro en las noches…
¡Hasta el silencio tiene voz!
Temes dormir, vienen las sombras,
Y el descuido me encuentra con los labios sellados.



Toma una margarita y corre con ella,
Una imagen de rostro blanco y perfumado espera;
Es mi dulce princesa, la reina mía,
Que me abraza y me dice que descanse.



Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 27/13 


TODO ESTÁ ESCRITO [20]

TODO ESTÁ ESCRITO [20] 

El libro de la vida nos deja mensajes que a ratos nos toman al descuido, y nos hacen recapacitar sobre nosotros.

Qué hacemos aquí, nuestra razón, ¿a qué vinimos?, ¿quienes somos realmente?

En medio de tantas preguntas sin respuesta, somos sólo un número, un grano de arena en el desierto, pero ciertamente llegamos de otro sitio y tenemos una pequeña misión aquí de grano de arena que se volverá desierto, roca, frío sobre las altas montañas, blanco nevado que nos lleva a la meditación y al silencio, pluma blanca y tímida que cae sobre tu ventana cualquier día, cualquier tarde.

Somos de la brisa, del viento, del más allá, de todo o de la nada, más cerca de Dios o del demonio, negros y blancos de la vida, libre albedrío. 


Una escuela para pulir nuestro corazón se presenta cada instante, vemos a las aves y a las plantas, pero no las contemplamos, ellos son nuestros profesores.

Un retorno a nuestro verdadero sitio se programa cada instante, sin pedir permiso, y todos lo sabemos, pero nos empeñamos en seguir nuestros antojos, no es tan malo, es lindo que nos guíe ese impulso, esa fuerza, ese motivo diario, pero que conduzca a la luz siempre, al amor, a la fantasía, a los sueños, al perdón.

Providencia, casualidad, torpeza, azar, destino, suerte, todo en búsqueda del amor y para el amor.

No hay otra misión aquí… ¿la estamos cumpliendo?

Hoy tomé el pequeño almanaque de mi casa, congelado en el tiempo el día 2 de mayo de 2012, y por éstas cosas de la vida que me topan con las manos en el rostro y el corazón muy lejos, quise ver qué decían esos mensajes que estaban ahí, esperando unos ojos, y algo me llamó mucho la atención.


Siempre digo lo que pienso, es una buena o mala costumbre, no soy mujer de mentiras ni de engaños, y se me antoja compartir en mi muro con quienes deseen leer.


MENSAJES

2 de mayo 2012
Mi madre en la clínica con la esperanza de regresar a casa, y todas nosotras turnándonos con amor para estar con ella, eso sí que nadie nos quitara el puesto…

Anderson:
Mi muchachito de 21 años, hermoso, feliz, con sus cuadritos en el pecho que a punta de gimnasio y fútbol hicieron de él un chico diferente, con una luz especial que irradiaba a donde llegaba, sencillo, tomador de pelo, amante de todas las niñas que se le cruzaban, de todos los ancianos, de todas las gentes que lo conocieron y que palidecieron ante la noticia de su muerte.

Un dolor aquí o allá, leve o intenso, amaneceres felices con los ojos bien abiertos para disfrutar de la vida cada segundo, trabajar, estudiar, preparando un camino para que todo fuera más liviano, luchando por su grado que esperaba, por sus carcajadas de felicidad, con ese gran empeño que lo encontró despierto viendo el alba, con el amor que tocó su corazón, para desnudarse más tarde, y todos comprender que otra era quien lo amaba, con sus padres ahí apoyándolo y guiándolo con ese inmenso amor de cada día, santificado el pan de la pobreza por años mejores, con las garras aferradas al trabajo y a los sueños.

Y así, el viento de la tarde, con unas llantas abusivas y otro niño conduciendo, acabaron con todos los planes y derrotaron el deseo de luchar, de correr, de reír.

Todo estaba ahí, su enorme sonrisa, sus carcajadas sin temor, sus prisas por ser alguien en la vida luchando por ello, sin que nadie le regalara nada, sino que con su manera de ser se ganaba todos los aplausos y las miradas de amor de mi madre, cada vez que llegaba a casa y ella salía y lo abrazaba con esa dulzura de princesa tallada sobre la roca fuerte, viéndolo a los ojos y dando gracias al Creador por cada uno de sus nietos, hijos, amigos, por cada persona que veía en el camino, por cada hoja, cada trino, cada luz sobre su ventana mientras oraba tan concentrada, que unos rayos violeta divisé en una fotografía sobre ella.



                        MENSAJE 2 DE MAYO DE 2012 JUEVES

Hoy estábamos todos felices de la vida, el sol pintaba un arco iris y no había malos presagios, ni mariposas negras ni blancas, pero hoy me di cuenta de que todo estaba escrito, sí, es real, mi Jefe divino se manifiesta cada segundo, sólo que andamos ocupados viendo otras cosas vanas y ni siquiera nos damos cuenta de sus mensajes.

“Porque volvieras
Tú conmigo
Como la ola a la playa,
Yo te daría, amor,
Los secretos del alba,
La altura de los montes
Y un horizonte de primavera,
El canto de los gallos
Y el sol de mayo.

Porque volvieras,
Tu risa le prendió
Un cascabel a la fuente,
Pero mi corazón
Se lo llevó la corriente.

Tu amor prestó a mis alas
Aires de gala y enredadera.

No sé lo que daría
En éste día
Porque volvieras…”

PABLO HERRERO



MENSAJE MAYO 3 DE 2012

Éste día fallece mi sobrino a menos de dos horas de su accidente.

Te fuiste tú mi amor
Y todo se quedó
Sin luz y sin color
Y ahora ya sin ti
Es todo frialdad
En esta gran ciudad.

El cielo no es igual
Desde que no estás
Es todo oscuridad
En esta gran ciudad.

Perdido voy mi amor,
Por calles de dolor,
No sé si volverás
Pero te esperaré
Donde te conocí
En esta gran ciudad.

LUISITO REY


MENSAJE MAYO 10 2012 JUEVES

Al fin de tantos tropiezos, exámenes abusivos, llagas, dolor agonía, mi madre es enviada a casa, desde el primer día lo quiso, ella era enemiga de clínicas, amaba su hogar, fue su principio y fin de cada día.

Todos sus hijos esperándola con un ramo de flores, oramos en la noche decidiendo que doblaríamos las rodillas por ella, pues me lo manifestó en la clínica: “¡Qué pasa mija, aún no han doblado las rodillas por mí!.” Lo hice saber, y todos con mucha fe oramos esa noche arrodillados.


MENSAJE:

Mi nueva sorpresa: La oración favorita de mi madre, al Sagrado Corazón.

Señor Jesucristo, redentor del mundo
Amigo de los sencillos y de los pecadores
Que en la cruz,
Has dejado traspasar
Tu corazón sagrado
Para salvarnos del pecado
Y darnos la abundancia de la gracia
Divina.

Mira compasivo nuestra debilidad
Y ten piedad…
Libéranos del pecado y del mal
Y condúcenos a la auténtica paz
Que se encuentra por la conversión
Y la acogida de tu palabra.

Has señor que todos
Podamos encontrar en ti
Al amigo verdadero
Y al maestro
Bondadoso y humilde,
Y que en tu corazón sagrado
Aprendamos el amor generoso
Y sacrificado
Hacia todos.

Amén.

Autor, desconocido.

Entre otras casualidades de números y señales, tenía una camiseta con el número 49, de las últimas fotos con mi madre, y su tumba, fue la 49. 


Su foto estuvo ahí sobre un ramo de rosas que sus nietos le llevaron, deseaba rosas blancas y sin saber, un sobrino a quien amaba como a un hijo, llegó el día de su muerte, con un inmenso y precioso ramo de rosas blancas.

Un número 7, 10 de mayo de 2012, siendo jueves, volaron los cóndores y nos dejaron por siempre una rosa blanca en sueños, y el rosario que ella tanto pregonó con su amor a María, las orquídeas de mayo sobre su tejado rojo, y el toche cantor junto al sinsonte, llevándole trinos aprendidos de sus labios, y su amado Freddy que saltó a sus piernas y le regaló un último beso y un adiós con el rostro triste.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 27/13
Publicado por RAQUEL en 20:03 




ENTRE FLORES [21]

ENTRE FLORES [21] 

No soy la estrella que más brilla
sino, la pálida que sobresale.

No soy del huerto la más triste;
soy la mariposa de los mares.    

Y del aire el perfume de todos,
ese aliento, esa luz...

Del montón, sus alegrías
que me hacen feliz.

No soy la más pobre;
soy la más desnuda, y la que más pide...

Entrega tus labios a los míos
y sabrás que el amor existe.

Raquel Rueda Bohórquez

27 4 13

PENDIENTES [22]

PENDIENTES [22]


Dame los pendientes de tu alma;
Amado mío.

Deja al menos un suspiro 
Un beso de pasada.


Tornasol de mis mañanas
Esmeralda de los jardines
Colibrí de mis ansias locas:



Tu abanico sobre mi rostro
Tu pico en mi vientre.

Dulzores esperan al amante;
Ricuras se escuchan
Fragancias se riegan.


Mi despecho dejará una suave nota.
El dolor deshojará un invierno en mis ojos.


Vuelve mi colibrí amado
Que tu jardín espera...



Raquel Rueda Bohórquez
Seudy Sofìa en España/13




ARTESANO [23]

Seudy Sofìa en España/13

ARTESANO [23]


¿Qué artesano talló el cuerpo

copió labios con las rosas rojas,
pintó en los pechos flores;  
talló un roble para que el violín llorara?



Artesano ingenuo, dulce…

Tus manos entregaste, tus llagas.
Sangre, dolor, partida…
¡Ven a mis brazos que mi alma inflamas!



¿Quién pudo doblegar la ira?

¿Quién puede calmar las aguas
sanar las heridas con sólo el pensamiento,
regalar amor en abundancia?



Tallaste en la roca los diamantes,

brillo de seda en los naranjales;
canto de cigarra al clarear el día;
morir por amar, vivir para amar…



¿Quién puede creer en ti sin verte?

Pero te muestras en los cantores del valle.
Arrullo pasajero, cascada tibia;
manso niño de terribles llagas.



Doblega mi corazón para alabarte.

De sólo rojos encendidos para amarte,
apasionada de tus ojos verde claro.


¿Serán azules como el cielo?
¿Serán negros tus cabellos?
¿O serán los rubios más dorados?


Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, abril 27/13

SEMBRADOR [24]

SEMBRADOR [24]


Una orquídea plantó...
Su leñoso y fuerte tallo
sobre el estiércol resucitó.


En cualquier rama, sendero o camino,
sus agitadas pieles
en un santiamén
eliminaron la semilla de la vida.


Mi Sembrador sobre la montaña más alta,
en el rincón más olvidado, a tu puerta.
ya no llora, espera…



Es su don preciado el amor,
su calma de manantial
que brota y brota sin cansarse jamás.

Paciencia infinita de tornados silenciosos
sin amenazar ni  fingir,
sólo manos extendidas
plantando en desérticos terrenos.


La gacela parió a su cervatillo,
corretearon las palomas para jugar con ellas
y parieron también perlas los árboles,
entre los musgos se amaron los mirlos
brotando la mies de la vida,

rojizos y desnudos, ciegos y desprovistos,

esperanzados en plumas,
adornados de amarillos terciopelos

suaves y mullidos…


Lo vi sembrar violetas en el cielo,
tan bellas, que cuando el sol se antojaba
eran iris multicolores.


Un aguacero desde sus tímidas nubes
inundó de resplandores verdes,
de negros intensos,
donde el color es la vida,
que se teñirá de blanco cualquier día.


¡Cómo engalanó de preciosos los lirios del valle!
Mis lirios tan amados, mis muchachos…
Cultivó diamantes sobre besos de madre
para en un segundo llevarse a mis amores,

sin que pudieran siquiera nombrarnos. 


¿Las decisiones de mi Rey quién las discute?
Él es el dueño de la vida y de la muerte.
Él plantó una viña y dijo que la arrancaría
si veía que no había frutos.



Me dijo en un lejano sueño:
Pórtate bien, cada día mejor…
Te daré tu propio huerto,
te regalaré un roble para que te ame
al igual que tu amor será para él…



Mies de dulzores plena,
placenteros besos

donó sobre las pieles desnudas,
al brillo de los ojos 
a la humedad de una lengua

con todas sus ricuras.


Mi Jefe hace lo que quiere.

Llegó en caballo blanco,
su ropa es de oro, la más brillante,

mucho más que el sol
y el resplandor de las estrellas.


Sus ojos más bellos que un poema,
Que el primer lucero de la tarde en el cielo.
Su amor, la perla que se esconde
en el fondo coralino del mar.



La pequeña madre
fue enviada en diminuto empaque

para que navegara un ángel 
por sus tibias aguas,
en un terreno abonado desde antes,

desde siempre.


Pero, ¡ay dolor!... me quiebra a ratos.
Al germinar  la semilla se arranca,

se destruye,

transformando en una tumba
nuestro propio cuerpo.


Pero Él, grande brillo donde hay tristezas
toma el pequeño grano de nuevo,
y  lo siembra con ferviente pasión
en otro terreno, 
en otro vientre
donde será amado con devoción.



Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 27/13