lunes, 26 de agosto de 2013

PROVIDENCIA [18]


lunes, 26 de agosto de 2013

PROVIDENCIA [18]


¿Has sentido algunas veces deseos de pasar por un sitio, pero algo te advierte que cambies de ruta?...

¿Has pasado por el sitio y te sucede un imprevisto?


¿Ha sonado una alarma cuando ha estado dañada por mucho tiempo y tu viaje se retrasa o no lo puedes hacer?


¿Has tenido un sueño que después se hace realidad?


Algo sucede incomprensible a nuestra razón, que me atrevo a decir que es la providencia, ese alguien a tu oído susurrándote cosas, las sientes, el pecho se aprisiona, suspiras con angustia y no sabes la razón y siempre sucede una sorpresa buena o mala, eso es la vida, un constante suspirar y desear algo que algunas veces aparece, y otras, por ese motivo desconocido nunca serán.


Hoy es un día nuevo, estamos aquí,  abrimos los ojos a nuevos sueños, esperamos ver un ocaso desde una montaña muy elevada, un nevado fresco con su cabellera tan blanca como la de mi madre, pero ese algo nos dice ¡no!, será lo que yo desee, más no lo que tú quieras.


¿No te ha pasado que otras veces deseas algo, pero no te aferras a ello y simplemente llueve cuando no era día de lluvia?


Por esto es hermoso vivir, ningún día será igual a otro, ningún paisaje, ni siquiera un árbol será hoy, lo que fue ayer, algo ha cambiado para su bien, nuestro deber no es adivinar ni pretender hacer lo que deseemos, sino lo que está bien para nuestra vida y la de otros, de lo contrario iremos contra la corriente, pero a veces vamos contra la corriente y nos estrellamos con un ramo de rosas, es tan extraño y tan hermoso todo, que ya no me afano tanto como ayer por cosas, por correr tras el viento, por alcanzar una meta demasiado alta donde se podrían quebrar mis huesos.


Muchos han logrado en un día, lo que otros nunca consiguieron en toda una vida de lucha y trabajo, de esfuerzo y sacrificio, es verdad, esto es una escuela de aprendizaje, una primaria que no sabemos si pasaremos, el reto es vivir y ser felices, pero nadie es feliz, es una gran mentira, las palabras aguantan para todo, siempre estaremos tristes por algo, necesitados de algo, y eso es lo que nos convierte en humanos.


Veo a los animales, a los niños especiales, y a tanta gente que debiera sentirse infeliz, pero su alegría nos contagia, su amor, sus abrazos sin condición, en un momento los herimos y las ofensas las reciben con una sonrisa, o en un instante todo se ha olvidado, y esto se debe a que no le piden nada a la vida, ni siquiera un sueño, pues no saben cómo hacerlo. 


Mientras escuche un ave trinar en mi árbol, sabré que alguien es feliz en el mundo, y son ellos, los inocentes, quienes no esperan nada de nadie, ni siquiera sueñan con dinero ni cosas que nos atan y encadenan más y más.


Espero ser un águila en un mañana, elevada sobre las cumbres más altas, o ser un gorrión, para anidar cerca de tu balcón y decirte que hubiese sido feliz contigo, pues eras mi sueño más cercano, pero la providencia dijo ¡no!... entonces no tengo afán  y escucho música, suave, no me dejo llevar de las rabias y agradezco a mi Jefe amado por el regalo precioso de cada día, y con él, la sorpresa que hay dentro.

Seamos agradecidos, pues muchos, hoy no tienen qué comer, y deambulan como forasteros de sus propias tierras, les destruyen sus semillas para que no puedan cultivar, les quitan la esperanza de soñar con un día mejor, a ellos, nuestros campesinos dedico mi día, para que mi Jefe les de fortaleza para luchar por lo que ellos merecen.

La vida es un don de Dios, la música, tú, yo... y todos marcharemos en el momento indicado, no antes... entonces vale la pena apoyar aunque sea con letras, a quienes se aferran a sus tierras para que produzcan nuestro alimento, es necesario apoyar a quienes les roban día a día hasta ese derecho tan humano de trabajar la tierra, de abonarla y ararla para que produzca frutos en abundancia, y aquí esperamos a Dios Providencia, para que su suerte cambie y seamos parte de ese cambio que tanto necesita el mundo, sino la paz nunca será ese sueño, moriremos con los ojos abiertos y el alma dolorida, y esa desesperación de cada día por sobrevivir en medio del caos.

¿Será que el alma siente dolor?... 

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, agosto 26/13
Publicado por Raquel Rueda Bohórquez en 14:00 


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