miércoles, 23 de enero de 2013

BARROTES/A Josè Martì

1000 POEMAS A JOSÉ MARTÍ /Cuba
25 enero/13. Alfred Asís.


BARROTES/ A José Martí. [24]

Desde los barrotes de mi celda espero
aquél potro que me llevó en sus ancas;
un andar de novia con sus pequeños pasos
y ese dulzor divino, en sus brillantes ojos. 

Desde aquí observo el mundo…
Un poeta calló y sus versos iluminaron,
las rejas fueron abiertas y un jilguero cantó
cuando a su paso, la libertad fue anunciada.

Frágil sueño es la vida.
Quebrantos hoy, más que ayer…
Tristezas como arrumes de árboles
donde sus hojas no fueron sombra,
ni pudo terminar su nido la calandria.

De hombre libre queda tu huella
tu poesía es un reclamo al universo
donde la paz no se pinte de rojo,
y las montañas estén libres;
el colmenar entregue ricas mieles,
y la mujer, sus dulces labios a los amantes.

Toma el morral de tus miserias;
ancla tu velero cerca de mi ventana,
veremos  pasar una gaviota blanca,
y cuando extendidas tenga sus alas;
tendrá un nombre amado  por todos:
“Martí”… /el hombre que conoce de libertad
y que dejó su nombre
para que Cuba lo aclamara.

Raquel Rueda Bohórquez
Colombia, enero 23/13



2

JOSÉ MARTÍ

Se oye el rumor de las flores
que se desangran en ti;
son púrpura tus rosas,
las blancas quedaron ahí.

Son negros tus ojos
trovador y poeta…
La tierra huele a tu nombre:
¡Libertad!... /donde hubo cadenas
¡Libertad!... /donde hubo una oruga
que hoy es mariposa.

Se oye el ruido atronador…
Las voces tienen hedor a sangre;
se pudre la vida y no existen los sueños
cuando el hierro se hizo para matar,
y la  tierra para destruir.

¡Qué oscura celda es soñar!
Donde el impío gobierna
un cerrojo son tus labios;
tus manos herirán con fiereza
y dejarán volar los Jacintos
sobre tierras ajenas.

¡Levántate!.../no has muerto.

El hombre aprendió la lección,
un árbol brota y tiene tu voz,
una mujer  se ama y besa tus labios,
un libro nace,
para que seas inmortal.

Raquel Rueda Bohórquez
Colombia, Enero 23/13



3

NO ESTOY MUERTO…/A José Martí

¡Qué cansado estaba!, agotado…
Muchos dependían de mí y  a ratos me hartaba…
Levantado días y noches, elevando castillos,
privándome de ver el campo y la salida del sol;
negándome tus labios y tu cuerpo dentro de mí…

Ahí los veo; algunos con una leve sonrisa se miran de soslayo
un libro de cuentas donde se quedó mi vida.
Todos esperaban siempre algo más…
Tomaba el yunque, y sobre mi cuello aré la tierra,
mientras ellos tomaban vino y se reían de mí
hartándose de mi trabajo hasta vomitar.

Ahí los veo… se reparten mis cosas y pelean por ellas,
toman de mi sudor y ni una lágrima advierto…
Se alimentan del ansia de sus propios días;
se toman el tiempo para renegar por lo poco que ha quedado,
y cada quien con más hambre, quiere lo mejor;
olvidando al más débil, de quien se aprovechan
y roban hasta su traje usado.

¡Qué vano ha sido todo!
Me duele ese alto en el camino que nunca hice…
Me duelen mis enemigos de gratis, que nunca busqué,
pero estaban ahí, en ese camino incierto de la vida.

Me arde el estómago, no puedo digerir bien mis alimentos
y de a poco, casi sin darme cuenta,
se apoderó de mí,  la sed por vivir.


Aquí estoy… /se escucha un murmullo cerca del mar…
La brisa, tan suave que no sé si existe;
tengo una mueca que todos ven y se acercan a verme;
tal vez se burlen de mi pálido rostro;
o muchos se alegrarán de que ya no estoy para dar molestias,
mis arcas parecen llenas, pero mi vida, ¿a quién le importa?

Poco a poco un libro se cierra… una página nueva se abre…
Ahí están los buitres que se alimentan con la muerte,
se hace un negociado con mi carroña;
¡es mucho dinero!… se tantea que ha de ser más económico el fuego,
y en un pequeño cofre de madera, alguien echa unas cenizas.

¿Serán las mías?...
Creo que ni el fuego sentí,
de tanto dolor que ya existía…

Un rosario a duras penas…
Se rifan mis cenizas, espero las lancen al mar
y las gaviotas vuelen a mí alrededor…
Ojalá que una gran ola tome la fuente de mi vida, mi alma…
Me pierda entre las rocas,
o me confunda con la caracola silenciosa…

Aquí estoy…
Creo que todo lo que fui no es
y todo lo que soy, no existe…

Dicen que estoy muerto y no lo sé…
¡Tal vez!… puede ser también,  
que hoy esté más vivo que antes
y mi muerte sea la causa de su alegría,
pero tal vez, pueda ser el motivo de mi felicidad.


Raquel Rueda Bohórquez
Colombia, enero 24/13












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