jueves, 23 de junio de 2011

MI CORAZÓN PÚRPURA (5)

CORAZÓN PÚRPURA (5)

Hola mi negro consentido, lo sabía,
que eras magia dentro de mi corazón.
Comprendía tu mirar desde el cielo;
tu angustia divisé desde mi rincón.

Guía tus negras alas, suavemente,
las que guardan tu púrpura rosa
mi limpiador de terrenos sucios y áridos
mi negrito consentido, mi aviador.

No te afanes que aún con sus adornos
el hedor es el mismo, es igual para todos
no te preocupes por divisar en oscuros fondos
donde el alimento desaparece con voraces incendios...

Te invito a visitar a mi patria...
Aquí no padecerás hambres ni cequías.
Los cerros rebosan de carne fresca, joven...
sacrificada...

Dios te estampó en mi alma,
desde que acariciaba en mi pueblo tu ropaje
tierno consentido por siempre en mi corazón
cuando con galletitas de harina te alimentaba...

Mi gallinacito consentido...
Saltitos suaves hasta mis brazos,
disfraces de la vida sobre la tuya
alma noble, pura, sin mancha.

Corazón de oro dentro de girasoles
que se perdieron lánguidos
en inocentes orgías de sangre...

¡Vuela!...¡ora mi limpiador!
Barre con la inmundicia del mundo,
llévate el alma de los inocentes
de mi tierra bendita
que está regada por ríos de sangre.

Aliméntate bien...
Ya vendrás a otros sitios
donde tu oficio no sea de enterrador
ni tus ojos tiernos de mirada triste
divisen la oscuridad del hombre
y la maldad que habita  su alma.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, junio 24/11

GOLERO [4] LR4 (6)

GOLERO [4] LR4 (6)

Golero que te dejas guiar por la suave brisa
Que desde el cielo vislumbras
Sólo flores muertas,
Que te hacen bajar aprisa
Y te elevan con tu majestad impresa,
Impregnada de olores repudiados
De nuestra propia inmundicia y bajeza.

Pequeño aviador en  días inciertos,
De negras alas que guían tus duros momentos,
Entre pesadas cargas que atormentan
Y te llevas sus carnes corroídas,
Y te escondes entre selvas nutridas
Tras esos amores que tu alma alimentan.

¿Quién te ha llenado de honores tras constante repudio?
¿Quién ha notado la simpleza y gracia de tu existir?
¿Quién te ha vestido de ese color que dicen maldito?
¿Quién ha mirado tus hermosos críos?...
¿Quién los ha tocado y mimado en sus dulces lanitas?...
¿Quién te mira agradecido por los impulsos impresos en ti?
¿Quién te ama en silencio
Y en su corazón existe la gratitud
Por tu trabajo de limpiar y servir ?

Desprecio ante tu sencilla presencia,
Hediondo limpiador de cuerpos corruptos...
Nadie te trata con el respeto merecido;
Tu valor no está en quien espera honores.
Sabes vislumbrar entre los horrores
Otros goleros sucios y malvados
Que causan la muerte que debes limpiar.

Tienes un rey de figura imponente...
Azules impresos en tus mejillas,
El rojo sangre que lleva tu pecho desnudo,
El amarillo de nuestro oro que corrompe,

Y sobre tu desplumado cuello,
Un collar esponjoso y brillante,
Que envidiarían galanes de túnicas falsas
Y corbatas de muy finas sedas.

 Limpiador del mundo
Como el más humilde y silencioso de los seres:
Tu soberbio vuelo te enaltece...

Llevas tu pico impreso de olores de otros,
Y en tu corazón bondad y servicio,
Barriendo lo asqueroso de los seres yertos,
Elevando tu alma limpia y sin corazas
Hasta el cielo eterno que llevan tus vuelos.

Hoy, al verlos ansiosos y hambrientos
Volando por  los aires impacientes... inquietos;
Me preguntaba algo preocupada:
Si creman  los cuerpos,
¿Con qué se alimentan los pobres del cielo?


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero 13/11



LLUVIA FRESCA (7)


LLUVIA FRESCA (7)

Cual asustadiza gacela llegué,
encontré un poco turbio el camino
casi me espanté...

Alguien me tomó entre sus doradas manos:
el ángel guardián de mi corazón,
me mostró los caminos de la vida
que brotan en palabras y se escriben
y quedan plasmados en cándidas páginas
donde el amor se iza como bandera.

Nadie me advirtió de peligro alguno,
las redes no pueden arañarte...
Nadie puede tocar tu blanco rostro,
nadie manoseará tus senitos pequeños
ni hurgará tus entrañas hasta hacerte llorar...

Sólo manos que atraviesan el corazón,
palabras que no lastimen;
esas se desbocaron en río de agua dulce
y desembocaron en mi río.

Son suspiros de amor limpio.
Mira hombre de fuego como me tienes,
Soñando nuevamente.
Hoy viajé sobre lomo de mula ligera,
me escondí entre los cafetales,
me extasié observando tu amor
sobre tu nido de blanca paloma.

Hoy robé tus pichones y los llevé conmigo,
sinsonte cantor de mil mañanas,
donde me extasiaba con tus cantares
y donde los besos de mis padres,
eran los manjares más exquisitos y suaves
y sus palabras eran dulce de leche;
almíbar de abejas, hormigas culonas
que crujían cual tostadas nueces
y me adormecían 
con la barriga llena y feliz.

Más acabo de despertar, 
sentí un suave perfume sobre mi sucio pantano;
Alguien besó mis pies con candor
y se esfumó suave y ligero...

Bello pez que te escondes
entre corrientes marinas:
me acaricias y besas 
y me haces sentir mujer.

En mi adormecido rostro
un nuevo suspiro con olor a mil flores llega.
Abrí mis pétalos deshojados
regalando últimos perfumes...

Te posaste dentro de mí,
te miré a los ojos encendidos
que viven con el almíbar que te entrego,
y me adormecí en tus alas de nuevo,
me enredé en tus alas
y volé contigo,
no quiero despertar más
¡que nadie haga ruido...!

¡Que suenen violines mágicos!
Te reencontré volando entre mis ramas...
Ya no cerraré mis pétalos,
los dibujaré sobre cristalinas aguas
y allí quedarán para siempre
fundida en arena, convertida en  oro,
después de haber pasado por el  fuego.

Sobre labios ansiosos, sedientos,
calcinados por siempre,
entre las rosas rojas, las violetas,
los azahares que no mueren,
que perfuman y expanden
lágrimas de cielo sobre mi pantano
tras un largo y cruel verano.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, junio 30/11

UNA PALOMA (8)

UNA PALOMA (8)

De tímida paloma 
adorné mi corazón de blanco.
Perlas ocultas donde la sangre del poeta se vertió
y las espumosas brumas pasajeras de su alma
se vistieron pálidas, y su sonrisa se esfumó...

He cultivado lirios blancos y preciosos...
Adornan los valles de mi hogar con la tibieza marchita,
casi que olvidada de unos labios por besar...

Miré a lo alto nubes grises,
más vi que fueron pasajeras...
Se desvanecieron sobre las torres de una barca silenciosa
llevadas en sus alas  blancas
cual espuma ligera y suave 
que en su esencia lleva aliento.

El dolor tocó a mi puerta...
Llagas viejas me consumen en mi solitaria cama.
Imploré porque tus alas fueran renovadas,
expandí perfumes sobre tu almohada;
era luz que desde el cielo para ti llegaba.

Sentí  hoy la aurora es triste...
Un presagio que me arrancaba de tajo.
Alguien decidió que no fuera feliz,
todo lo amado, todo lo encontrado,
todo...¡todo lo perdí!...

Flores blancas se elevaron, /eran comentas de luz.
Labios temblorosos me dicen que hoy estás aquí,
siento tu mirada fresca, tranquila...

Tus pasos mundanos de dolor se acabaron,
pero en mi alma murió una nueva violeta,
la que se pintaba púrpura con tu cariño
y que hoy derrama las mismas gotas de rocío
y su pensamiento lúgubre te imagina
blanca como la aurora... 

El tornasol de tu mirada,
el brillo de tus ojos se esfumaron;
así se esfuma el alma,
la  fuerza que te dio la vida...

Siempre te recordaré  mi bella paloma blanca,
consentidora en mis efímeros instantes...

¡Fue tan poco el tiempo!... tan leve y silencioso.
Ni un abrazo pude entregar,
mientras mis versos tristes
se estampaban sobre una blanca hoja
y mis besos llevaba hasta tu altar.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, junio  23/11

POR TI (9)


POR TI (9)

Un nuevo disfraz para agitar sueños
en mi mar de corales fantasía...

Un nuevo mirar desde mi oscuro fondo
mostrando grandeza y osadía.

Un nuevo aliento, para vivir un nuevo día.
Besos de mar entre caracolas marinas,

danzarines corazones que se mecen
que me abrazan,
 y desaparecen con la espuma.

Me vestí de naranjas,de rosas, de rojos...
Me adorné con trajes de fantasía.

¡Mírame corazón!
 ¿Ves el iris ensanchado?
El motivo es el amor,
que me ahoga en tu lago.

Quise revertir mi sexo pues no te hallaba
en el fondo de tan encendidas olas;
mar azul
 profundo
lejano...

Historias de colores 
perdidas entre cristales.
¡Caballitos de mar embarazados!

¿Ves la magia del amor?
¿Hoy me comprendes?

¡Por ti viviría en agua dulce si lo quieres...
Nadaría en peceras
 con plantitas de mentiras.

Por ti viajaría hasta la claridad de la luna
y me  permitiría navegar
 entre  sus dorados rayos.

Por ti me inventaría de nuevo;
regresaría sobre los pasos idos...

Por ti mi amor, ¿qué no haría?

Moriría si lo quisieras...
¡Pero de amor, sobre gigantes olas!


Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, junio  1/11

AVE PASAJERA (10)



AVE PASAJERA (10)

Se empeñó en las notas del violín,
el encanto y la magia de sus sones;
el dolor,
 corazones rotos
dibujados en los cristales
de su propio llanto,
mientras en el cielo,
luciérnagas de colores
 la observaban...

Hizo estación en el mirador
de una blanca mano,
donde azules y divinos
sus amores la buscaban.

Anheló su norte
 disfrazada de gaviota,
pero su corazón aprisionado
entre las llamas del amor
no la dejaban volar
 hasta sus brazos.

Se vistió de diosa,
carmín encendido
 rojo fuego...

Vistió sus pétalos
 de ardor y pasión,
pero su ave azul
 había partido...

La esperó...
 Aún la espera...

Hoy su alma se viste de negro
posada en la misma cerca de madera,
la misma envejecida ventana
que dibujaba su vida de color,
tras el beso de un ave viajera.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, junio 3/11

BESOS DE ABUELA (12)


BESOS DE ABUELA [7] LR4 (12)

¡Ay vida, si supieras!...
La mirada azul de tus encantos me conmueve.
Si pudiera tocar tu níveo rostro,
Tu hermosura…

El aliento de tu cantarina /voz en primavera...
Si tus palabras escuchar desde mi cielo
Mi rosa de verano,
¡Mi beso mañanero!...

Si el alegre son de mi risa tú escucharas...
Si mis manos sobre tus sedas pasaran...
Si las tetas que te amamantaran...

Si supieras nena
¡Cuánto te ansiaba!,
Cuánto escuchar tu risa sonajera,
El ladrido de tu mascota consentida.

Cariñito mío,
Cascabel  de mi alma...
Nube azul donde mis lágrimas claras
Riegan tu jardín en la mañana...

¡Si supieras que madrugo a verte!
Llego temprano a tu ventana,
Dejo claras notas con la aurora,
Y en tu sinsonte mis besos de abuela
Y mis consentidoras caricias cosquillosas.

¡Cariño mío no me olvides!...
Algún día no muy lejano,
Tendré todo mi jardín conmigo,
Mientras estampo otro beso 
Y marcho con el colibrí raudo,
Que acaricia una flor de cactus
Y se aleja,
¡Con espinas en el alma!

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, junio 3/11

A mis sobrinas Seudy y Viviana con todo mi amor.

BESOS DE NIÑOS (13)

Mis sobrinitas Adela y Sofía.

BESOS DE NIÑOS (13)

Cuánto candor de niño,
semejan estrellas
 que viven en el cielo;
madres arrulladoras ejemplares
que suspiran
 con los besos suaves,
con la felicidad de recibir 
 la dulzura de su miel...

¡Cuánta pereza al atetar...!
Niños pobres abandonados,
basureros llenos con su sangre,
bolsas negras esparcidas...

Vieras el candor de un niño,
seguridad de que en sus bellos ojos
encuentras la mirada del Señor...

¡Cuánta leche desperdiciada!
¡Si vieras!...
 Vi lanzar a un niño,
se perdió en frías aguas...
Su madre regresó atontada
pues en su camino algo recordó.

¡Claro, allí estaba!...
Enjutas las piernas,
temblor de labios,
sobre una gran piedra
mas no hubo amor de hiena,
 ¡una gran patada lanzada
lo perdió de nuevo en oscuras aguas!...
Ella regresó... ¡por su celular!...

Si vieras
 cuantos los desean tener,
Cuántas los quieren parir ...
Otras los abortan por doquier
cual desechos en sus entrañas
que se pierden en el ayer...

¿Besos de niño, quien no desea?
Ojos de mirar sereno...
Brillo de estrella entre mis manos,
primavera de flores rosa;
Flores negras y amarillas,
ojos grandes y rasgados
son Dioses de los mares
que mueren sin ser tocados.

Cuánto candor de niño perdido
entre manos sedientas de su pureza
si lo supieras,
¿cómo te sentirías?...

Una gran pena presiento;
noches de tus pesadillas,
!aliento con olor a muerto!

Niños de los ojos bellos...
Con un beso
 tu candor entregas.

Eres el ángel
 de nuestras primaveras,
tristeza y añoranza
si un abrazo ya no das,
ni un beso plañidero
sembrado desde tu alma.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, junio  3/11

CAMINOS (14)

CAMINOS (14)

Trastearé con mis besos a otro lago
con mis ojos cansados,
los trapitos viejos
ollas destrozadas,
sueños muertos...

Miraré si el camino culebrero
mañana será llano...

Si las vasijas serán servidas,
si tus besos,
si tus manos...

Voltearé a mirar a mi vecino...
Vamos juntos a la loma
donde la garza nos mira
y todavía retoza el venado,
la brisa acaricia, el sol envía rayos
y las orquídeas nos perfuman...

Andaré caminos empolvados.
Te buscaré cariño mío,
tomaré tu mano, iré contigo,
mientras se endurece mi rostro
los pies callosos y heridos
desvían tan cruel destino
y me cobijo en  otros brazos
mientras me imagino contigo...

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, junio  4/11.

SOLEDAD (15)



SOLEDAD (15)

Soledad:
 cantora del silencio.

Nodriza triste
 en noches de invierno.

Escurridizo búho
 desde el atrio frío.

Lozas de la muerte
 al lado mío...

Cantadora
 que gimes en las noches
cuando la luz del sol
 me ha oscurecido.

Sin tus negros ojos
¿ Por quién vivo?

Sin las palabras que me alientan
ya no sigo...

Brillo de luces
 que como la brisa
sólo llegan,
  pasan...

Sólo besan raudas
te suspiran y se alejan,
como se esfuman
 las mareas de mi alma
cuando llega
 una mariposa mañanera,
te regala una caricia
y al momento calla..

Soledad:
ya me voy a dormir...

Mañana me encontrarán,
 no se afanen.

Nunca vieron la tristeza de mis ojos
ni la inquietud
 de mis eternas llagas.

No me digan
 que mi alma es altanera
cuando tus látigos
 de lengua mordaz
me atormentaban...

Ni una caricia,
 ni una flor robada...

Ni una canción
 en mi ventana...

¡Ya no vengas!
Nada me importa...

Veo sobre mi altar
las mismas violetas,
las que en las noches
 me alientan,

me besan,
me hacen llorar
y me hacen dormir,
entre los alientos perfumados
de mi humedecida almohada.


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, junio  4/11

CARDOS (16)

CARDOS (16)

Fenecer hermosa entre espinas,
¿mi grácil adorno te conmueve?

En silencio me consumo,
nardo perfumado
flor de oriente
lirio del valle amoroso.

Se desangran mis pétalos sin verte,
aunque sé
que en otros brazos te yergues,
 tu silencio me habla.

Aromas vienen 
desde tu estancia:
Café caliente,
vino espumoso,
alegrías vanas,
sueños pasajeros...

Habla un sólo instante,
acaricia mis espinas,
alivia con el don de la palabra.

No  silencies
que la tristeza agobia,
la soledad me quiebra,
la oscuridad me consume.

¡Ven mi lirio lejano!
Tan solo un ruego,
una mirada.

Solo un beso de colibrí,
un mensaje q
ue me anuncie que estás ahí,
que no has volado...

Que me indique, 
Señor lejano
que tu prisión no te consume,
como me aprisionan mis púas
y mueren de sed
mis flores de verano.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, junio 5/11

COSECHAS (17)

COSECHAS (17)

Había llovido mucho.
¡Fueron tantos los aguaceros!
Estábamos tan acostumbrados
que ante el hambre que acosaba,
los árboles de mango rebosaban,
los niños los convirtieron en sus tetas
y de allí se amamantaban.

¡Tantos recuerdos!...
Muchos, todos felices.
En medio de necesidades que no faltaron,
la cosecha de mi vientre floreció.
¡Eran tan hermosos sus frutos!
¡Olorosos a duraznos tiernos!

Sólo miraba con el alma,
todo lo soportaba feliz
si estabas ahí...

Arduos desvelos
envejecieron a la vez conmigo...
Compañías de colores,
amigos sostenidos,
abrazados por las mismas manos...

Pronto obtendríamos el gran premio,
¡el mayor!
Después de tanto sudor,
de tantas lágrimas regadas
el hambre se ocultó...

El soplo del corazón
de mi niño grande
se esfumó...

Me quedó el sabor a mango
en mi enmudecida boca.
Se esfumaron  tus caricias,
¡me quedé con el dolor!

Habíamos conseguido finalmente
sembrar sobre llovido,
sobre tantas lágrimas juntos,
es más,
nos plantamos los dos,
 ¡éramos uno solo!

El maíz retoñó...
¡Qué alegría!
¡Por fin mi Dios!
Las hojas eran inmensas,
preciosas y verdes,
¡no me lo creía!

Ya las espigas reventaban
¿lo recuerdas?
Estuvimos ahí los dos,
abrazados,
como una gran espiga
plantados en nuestro propio maizal.

Cuando ya, en oro dorado
el destino convirtió,
¡el horror!
llegó un nuevo invierno arrasador,
cargó con mi cosecha,
se llevó la de mis críos,
arrastró con mi sudor...

Quedé allí,
sólo observaba en nube blanca,
un horizonte ajeno...

¡Ya no estabas!
Sólo las tres mazorcas doradas
habían quedado sembradas 
en abandono...

Lo demás,
 ¡todo se lo llevó el arrogante río!

Con sus marañas
acabó con mi plantío,
su maldad casi destruye
 con lo poco que me había quedado:
mi dignidad...

¿Sabes que tengo hoy de ti?
El sabor a mango...

Más analizando  bien,
no fueron tuyos,
son los mismos que hoy llenan otros gajos
de frutos maduros y amarillos,
Dios los plantó con su mano.

Si vieras,
 ¡todos para mí!

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, junio  7/11


Lucía:
 las encrucijadas de la vida,
¿ quién las conoce?...

 Hoy viendo la abundancia
 en nuestros jardines,
¿ no analizas?
mira que los árboles todos rebosan,
 es una realidad que está servida a la mesa,
 hay desperdicio,
 pero tú,
¡ mírate!...
tienes la cara amarilla,
 y un sabor dulzón
 en tu corazón.

ENTRE PLUMAS (18)

ENTRE PLUMAS (18)

Ven cariño mío,
aún hay fuerzas para tu amor,
el mismo que me sostuvo,
cuando casi desvanezco y huyo.

Más fue veloz,
llegó, me tocó con sus alas,
se marchó avergonzado;
quería tomar mi vida entre las suyas,
pero reconoció la fuerza de mi corazón.

Estoy de nuevo aquí,
en el mismo nido plantado en las alturas
donde tu amor, evocado en fantasías,
me dice que soy tuya,
y tú eres el aliento suave
de un tibio corazón que aún palpita
por el mío.

Dejaré que tu amor
aquél que en tu vuelo me imploraste,
pero con tu danza loca quebrantaste,
sea bañado de lluvia de colores ante mis ojos,
cual bello campanario palpitante, poseído;
destronado sobre mi lomo
en tu reino del amor,
donde no vacila el mío.

¡Ya no volarás!
Hay testigos silenciosos,
te vieron llorar y suplicar.

Comprendí que aún en la demencia
existe también el amor,
aquél que en un momento oscuro
sale de su lápida escondida
y suplica a Dios por la vida.

No me verás llorar
ni he de suplicar por tu cariño,
decidida estoy a ese vuelo de fantasía
que me lleve al encuentro del sol
y convierta mi vida en poesía.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, junio 10/11

LA LOCA (19)

LA LOCA (19)

La loca decidió que se vestiría de gris
un color que no la delatara,
pero allí en medio del verdor
y con el beso del azul del cielo
lo esperaría...

Entretanto
se preparó para su último canto,
el más melodioso que llegara a su oído,
que le mostrara que él era su sueño 
el encanto en el ocaso de sus días...

Abrió sus alas ...
Miró al horizonte y con su pensamiento,
aquél que la adormecía tristemente
y la dejaba perderse en sus quimeras
y en su eterna soledad,
inició su melodía...

Era tan bella y tan simple a la vez
que otras aves se acercaron,
quisieron danzar con ella,
pero la mirla  no quería otra compañía,
deseaba la soledad de su tiempo,
el que la mantenía asida fuertemente
con sus uñas al verdor de su olivo.

Descansó un momento,
limpió sus plumas nuevamente
quería verse hermosa para él,
más sus verdosos ojos nunca lo divisarían,
estaba perdido en su mundo de papel
y el amor del ave  en su lánguido canto
para nada le interesaba,
finalmente agotada de esperar,  
descansó  y durmió ...

Un avecilla de colores que pasaba
solo dijo:

-¡Pobre ave loca!
¿Cree que alguien escuchará
 sus cánticos de amor?
¡Tal vez la luna
 escondida en sus eclipses,
o tal vez el sol 
que con sus rayos la ilumina!

Mientras decía ésto,
alguien la levantó sutilmente,
estampó un beso en su pico
y voló... voló... y voló...

Raquel Rueda Bohórquez 
 Barranquilla, junio  11/11

EL LLAMADO (20)

EL LLAMADO [11] LR4 (20)

Decidí observar desde lejos el mundo
grandes edificios, cemento,
complicaciones, trabajo, vanidades
ambiciones que no van a ningún sitio.

Me preguntaba por el sentido de las cosas,
el estudio, el aprendizaje, los honores...

Diseñé esquemas para comprender
La razón de la existencia,
mis motivos...

Me cuestioné sobre la felicidad...
La simpleza y las razones  que nos la dan.
Quise armar el mundo a mi acomodo,
pero allí en las alturas en libertad
me sentí bien.

No envidiaba tanto descontrol  de vida...
El deseo de poseer siempre,
la vana gloria y la iniquidad del poder
el dolor que causa al mundo...

Descubrí que soy más grande
más poderoso y feliz...

¡No necesito nada!  
¡Lo poseo todo!
Mis grandes alas
y los aires besando la libertad...

Me elevé de nuevo, quise perderme…
Éste sitio era un veneno para mi alma.

Me aparté del hombre destructor;
enturbiaría mi corazón a su lado,
no tenía conciencia del dolor causado.

Pero al emitir mi canto agudo
al observar la luna dorada;
decidí que viajaría a su lado
era allí, donde pernoctaría...

Nunca más envidiaría su falso poder
su arrogancia para existir...
Eran la simpleza de volar
y el canto de mi amada
el único anhelo del corazón.

Me elevé tanto
que no volví el rostro atrás...

La carroña se perdió de mi vista,
el cielo me llamaba
con agudo canto  de águila enamorada
y saltos ardientes  de ruiseñor.


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, Jun. 23-11